'En secundaria debería haber un curso obligado de cultura clásica'
Al profesor Francisco Rodríguez Adrados (Salamanca, 1922), miembro de la Real Academia Española y presidente de honor de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, la jubilación no le ha apartado del trabajo. Está embarcado en un proyecto que 'va deprisa, pero lento': dirige un equipo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas que está redactando un diccionario de griego antiguo traducido al español. Para apoyar esta empresa y la lexicografía en general, se ha creado la Fundación Lexis. 'No veré acabado el diccionario', lamenta. 'Llevamos seis volúmenes, pero habrá 18 y sale uno cada tres años', explica. Adrados se queja de la falta de apoyo que encuentran a pesar de que España en este campo 'va por delante'. 'Queremos difundir lo que estamos haciendo y buscar un poco de ayuda'. Su preocupación por la cultura clásica no acaba ahí. La pérdida de peso del latín y el griego de la escuela a la universidad es otra de sus batallas.
Pregunta. La Ley de Calidad, que reformará la educación secundaria, empezará a negociarse en breve. ¿Qué va a pasar con las lenguas clásicas?
Respuesta. El Ministerio de Educación nos ha prometido que la situación va a mejorar. Parece que va en serio. Algo se logrará en la educación secundaria obligatoria y espero que en el bachillerato. Ya en la ley de mínimos que sacaron antes del verano hubo una pequeña ganancia en la ESO para la cultura clásica y también para el griego en el bachillerato. Sólo había un curso con una asignatura de modalidad e hicieron un segundo curso. Pero alcanza a un número muy reducido de alumnos, y lo que queremos es que el latín y el griego llegue a todos los alumnos de humanidades y ciencias sociales.
P. ¿Cuál es exactamente su propuesta?
R. Debería haber, por lo menos, un curso obligatorio para todos de cultura clásica en secundaria; y otro curso de cultura clásica con cierta orientación lingüística, por lo menos para los que vayan a la universidad. Y en el bachillerato lo que nos duele es que lo poco que queda de griego y latín es para la gente que va a humanidades puras. En el bachillerato de humanidades y ciencias sociales debería haber dos años de griego y latín para las carreras que llamamos de letras. Prometen que van a poner dos cursos de cultura clásica.
P. ¿Cuál cree que es el origen de esta situación?
R. Demasiadas materias ajenas: economía, matemáticas aplicadas, psicología. Deberían aligerar las letras de materias extrañas para que se abra espacio para al griego y al latín. El problema es más amplio, es el del especialismo, el localismo que ha invadido la universidad. Habría que echar marcha atrás un poco. Han bajado los niveles y han hecho unos planes de estudio en los que han olvidado ese núcleo central que había. En la universidad, a los latinos nos han arrinconado.
P. ¿Qué propone?
R. Tendría que volver una cierta jerarquía de las materias importantes, tradicionales, y que haya menos optativas. En los institutos las clases son una guerra porque, como los profesores no tienen horas sufucientes para sus materias, pues van a ver quién pesca más optativas. Las clásicas se han perdido, y no sólo las clásicas, todas las humanidades. En ciencias han sido más conservadores.
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