Facetas escondidas

No acaba uno de sorprenderse ante las facetas escondidas que nos va mostrando el señor presidente del Gobierno. En la reunión interparlamentaria del Partido Popular, celebrada en Zaragoza los pasados días 4 y 5, ha hecho gala de un fino sentido del humor para arremeter contra los díscolos. Parece ser que ahora hace chistes en vez de regañar y ridiculizar a los colectivos que no ven las cosas como él, bien sean manifestantes anti-LOU o anti-Plan Hidrológico, 'progres trasnochados' o partidos de la oposición. No sabía que esto fuese la principal función de un presidente de Gobierno. Espero que la situación de mayoría absoluta no obligue a que los súbditos tengamos que reírle las gracias.

Es el estilo a que nos tienen acostumbrados varios de sus ministros, como Pilar del Castillo, Villalobos, Matas o Arias Cañete: prepotencia, soberbia, posesión de la verdad absoluta y falta de respeto a unos oponentes, malos o engañados, que no se enteran de nada. Ante ello, y tras tener que aguantar impertinencias y humillaciones a domicilio, los ciudadanos aragoneses hemos mostrado una pasividad que nos habrán agradecido; sólo los universitarios han hecho ligero acto de presencia. Pero, ¿qué ha pasado con los afectados por otros temas pendientes? Especialmente el Plan Hidrológico, contra el que nos hemos movilizado repetidamente cientos de miles de aragoneses y en distintos lugares; parecería elemental haberles demostrado durante los dos días que eran unos huéspedes no deseados. Hubiera merecido la pena comprobar el recibimiento que les hubiesen dispensado los habitantes del delta del Ebro si se les hubiese ocurrido realizar allí la reunión.