222 sacerdotes firman una carta contra la prórroga del mandato del cardenal Carles

El cardenal arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, ha visto prorrogado por dos años su mandato por el Vaticano. Pero su diócesis está que arde. Hoy viernes -un día antes de que sea ordenado obispo el polémico José Ángel Sáiz Meneses- Carles recibirá una carta firmada por 222 sacerdotes y religiosos de Barcelona en la que éstos aseguran que el cardenal, de reputado talante conservador, designó miembros del consejo pastoral y presbiterial y la mayor parte de los clérigos del colegio de consultores entre personas 'en las que valoró por encima de todo la fidelidad incondicional' hacia él.

Las críticas no se detienen ahí. Los sacerdotes más abiertos de la diócesis acusan a Carles de 'displicencia' hacia ellos cuando los arciprestes le hicieron llegar sus críticas en junio y octubre del año pasado. Carles no ha perdido ocasión para subrayar, según la carta, el 'carácter minoritario de quienes se quejan de sus decisiones' con 'comentarios desdeñosos'.

Y la guinda del pastel la ha puesto el nombramiento del nuevo obispo auxiliar de Barcelona, José Ángel Sáiz Meneses, en la que los firmantes de la carta ven la voluntad del cardenal de promocionar la fidelidad a su persona antes que la capacidad pastoral. Todo ello conduce a 'la estrategia de la uniformidad' que aparta y deja en segundo plano a aquellos que son críticos hacia el cardenal de Barcelona, lo que, a juicio de los firmantes, 'conduce a la 'división y disgregación dentro de la diócesis'. 'En una actuación guiada por este criterio discriminatorio, el obispo difícilmente puede sentirse servidor del evangelio para la totalidad de los diocesanos', concluyen.

Informe al nuncio

Muchos de los elementos de esta carta, entre ellos el temor a la división propiciado por una visión uniformista de la Iglesia por parte del cardenal, estaban contenidos en el informe entregado al nuncio el pasado mes de agosto. En ese texto, 79 sacerdotes, siguiendo el mandato del Código de Derecho Canónico, decidieron poner en conocimiento de Juan Pablo II y del cardenal Giovanni-Battista Re, del dicasterio para los obispos, la situación que vivía la diócesis.

La iniciativa no ha tenido éxito, a la vista del espaldarazo dado por el Vaticano a Ricard Maria Carles y a pesar de que la existencia de este documento entregado al nuncio, Manuel Monteiro, se ha mantenido en secreto hasta ahora. Los sacerdotes firmantes de la carta que hoy se entrega esperan que el espíritu conciliador que asegura tener Carles, a juzgar por las notas de su servicio de prensa, que publica el semanario Catalunya Cristiana, se haga extensivo también a ellos, aunque no se muestran muy esperanzados, a tenor de cómo se desarrollaron las últimas reuniones del consejo presbiterial y el consejo pastoral diocesano.