Los vecinos se quejan de la escasa información sobre el riesgo radioactivo en Alcalá
El incidente aviva la preocupación en el pueblo
Sevilla La alarma de uno de los detectores de radiación de la acería Siderúrgica Sevillana, en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), saltó sobre las 14.00 horas del pasado viernes al fundirse una fuente radioactiva de cesio 137 que provocó la contaminación del polvo residual. La empresa tardó cinco días en comunicárselo al Consejo de Seguridad Nuclear. Los primeros análisis indican el incidente no ha provocado daños ni en los trabajadores ni el medio ambiente, pero los vecinos de Alcalá se quejan de la falta de información. Viven a apenas un kilómetro de la acería y este incidente les ha hecho reflexionar sobre su seguridad.
José Martín, vecino de Alcalá de Guadaíra, cree que les salvó el viento de Levante que soplaba el fin de semana. 'Si llegó algo tóxico al aire, se fue para Montequinto (una urbanización situada hacia el otro lado de la acería)', sugiere. De todas formas, José no sabía que se había producido un incidente radioactivo en Siderúrgica Sevillana hasta que lo escuchó ayer en la radio. Su vecina María Águila, que regenta una farmacia en la barriada de la liebre, a la entrada del pueblo, no sabía nada ayer por la tarde.
A José le indigna la falta de información. 'Las autoridades cobran por velar por los intereses de los ciudadanos, alguien nos tendría que explicar que ha habido un problema. Parece que no ha sido grave, pero un escape radioactivo nunca es una tontería'.
El suceso de Siderúrgica Sevillana ha puesto en alerta a los vecinos sobre el peligro potencial de la acería. El camarero del bar La Hacienda, situado justo enfrente de la empresa, reconoce que desde que el lunes se enteró de lo ocurrido tiene 'el miedo metido en el cuerpo', pero que nunca antes se había planteado la posibilidad de que pudiera haber un escape radioactivo. En La Hacienda comen a diario muchos de los trabajadores de la acería. 'Comentan que saltaron las alarmas y que los sacaron de la fábrica un rato, pero no están preocupados', asegura el camarero.
La actividad en la acería se desarrollaba ayer con total normalidad. A la salida, los operarios insistían en que la presencia radioactiva detectada el viernes no alcanzó límites peligrosos y que los controles de Siderúrgica Sevillana son lo suficientemente potentes como para garantizar la seguridad dentro y fuera de la nave. No obstante, los 20 trabajadores de la acería van a ser sometidos a una revisión médica por recomendación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), según informó ayer el presidente del comité de empresa de la planta, Juan Antonio Hidalgo.
30 años sin incidentes
El primer teniente alcalde y concejal de Industria de Alcalá, Jesús Téllez, asegura que Siderúrgica Sevillana lleva más de 30 años instalada en el pueblo y que nunca ha pasado nada grave. La empresa elaboró hace años un plan de emergencia que cuenta con el visto bueno municipal, según el concejal de Industria, que, al igual que los trabajadores, confía las medidas de seguridad de la acería.
Todo el material que se funde allí pasa por tres controles: uno situado en la puerta de entrada de los camiones; otro, a la entrada del horno; y el tercero, cuando ya está en marcha la fundición. En este último, que según Téllez ya no es una imposición del CSN sino una medida extra de la empresa, es en el que se detectó la carga de cesio 137 el pasado viernes.
La misma falta de información que los vecinos le recriminan a la Junta y al ayuntamiento, es la que el gobierno municipal le critica a la subdelegación del gobierno en Andalucía. El concejal de Industria asegura que el protocolo firmado entre la acería y el CSN recoge que cuando salta la alarma los técnicos de la empresa son los encargados de realizar las primeras investigaciones y de informar al CSN, que, a su vez, se lo comunica a la subdelegación del Gobierno para que ésta de parte a la Junta y al ayuntamiento.
Telléz insiste en que en esta ocasión la cadena se ha roto en la Administración central que aún, casi una semana después del incidente, no se ha puesto en contacto con el gobierno municipal. 'Esta vez no ha pasado nada grave, pero si hubiera pasado el ayuntamiento no podría haber activado sus medidas de emergencia de protección civil, en la que es la máxima autoridad'. El ayuntamiento tiene previsto enviar hoy mismo una carta de protesta al CSN y a la subdelegación del Gobierno 'para que esto no vuelva a suceder', advierte el concejal. Por su parte, según Téllez, el gobierno municipal emitió ayer un comunicado para tranquilizar a los vecinos.
La Junta, por su parte, ha criticado la demora de la empresa a la hora de dar parte del incidente radioactivo al CSN. Téllez, sin embargo, aunque reconoce la tardanza, asegura que fuentes del CSN le han dicho que 'no es obligatorio avisar inmediatamente, aunque sí recomendable'. A este argumento se agarran los responsables de la acería para justificar su demora. La radioactividad se detectó a mediodía del viernes pero, 'como no tenían obligación legal de comunicarlo', esperaron hasta el lunes, explica Téllez. El CSN, sin embargo, subraya que Siderúrgica Sevillana no notificó lo ocurrido hasta la tarde del martes.
En las inmediaciones de la acería, la información se demoró incluso un día más. Allí nadie notó nada hasta el miércoles, cuando empezaron a aparecer las primeras cámaras de televisión. Antonio, que trabaja desde hace 13 años en una cafetería situada al lado de Siderúrgica Sevillana, asegura que el día del escape no notó nada extraño. Ni escucho la alarma ni se percató de que los trabajadores habían sido evacuados. 'De la fábrica para fuera nadie se dio cuenta, aunque los de dentro nos han dicho que sí que los hicieron salir'.
En los 13 años que lleva trabajando junto a la acería, Antonio sólo recuerda que se haya producido un incidente. Aquella vez, hace dos años, sí que escuchó el sonido de la alarma, porque la carga radioactiva fue detectada en dos camiones que estaban pasando por el control de la puerta de entrada. Antonio asegura que nunca ha tenido miedo por trabajar a diario junto a la acería 'Pero porque no me paro a pensar', puntualiza. 'Porque es que ni sabemos lo que hay ahí dentro, no nos damos cuenta de que puede ser peligroso'.
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