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La UE negocia el reparto entre las agencias europeas y los puestos en la Convención

Francia y Alemania apoyan al ex presidente Giscard para encabezar el nuevo órgano europeo

Carlos Yárnoz

Los líderes de la UE, que se reúnen mañana y pasado en el palacio real de Laeken (Bruselas), mantienen estos días frenéticos contactos en busca de alianzas para repartirse seis agencias europeas en juego y los principales puestos de la Convención que determinará el debate sobre el futuro de la Unión. 'Estoy preocupado por ello, pero no escandalizado, porque es parte del debate', comentó ayer el presidente de la Comisión, Romano Prodi, quien aprovechó para denunciar 'la incapacidad' de los Quince para alcanzar acuerdos en temas como el proyecto Galileo o la patente comunitaria.

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Tema:: La nueva Europa
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Una vez que Italia ha dado su brazo a torcer sobre la orden europea de detención y entrega, al que los embajadores de los Quince dieron ayer su definitiva aprobación, la cumbre de Laeken centrará sus trabajos en esos dos aspectos. Además de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, a la que aspiran Barcelona y Parma, aunque con menos posibilidades que Helsinki, los líderes decidirán cuál será la sede de otras cinco instituciones: la Agencia Europea de Seguridad Aérea (con Alemania como favorita), la de Seguridad Marítima (con Portugal en cabeza), Eurojust (Bélgica o Luxemburgo), la Agencia Europea de Policía (Francia tiene más opciones) y el Observatorio de Seguridad de las Tecnologías de la Información (con Suecia como indiscutible candidata).

Pero el reparto de este pastel estará en relación directa con la distribución de puestos relevantes en la citada Convención. En Laeken se designará a su presidente entre el francés Giscard D'Estaing (apoyado por Francia y Alemania), el holandés Wim Kok (apoyado por todos, aunque aún no ha asumido ser candidato) y el italiano Giuliano Amato. Este último ha perdido casi todas sus opciones por la actitud de Silvio Berlusconi ante la euroorden, mientras Kok aún no ha dicho si es o no candidato. Otras opciones, como la del francés Jacques Delors, el portugués António Guterres, el finlandés Martti Ahtisaari o el belga Jean-Luc Dehaene, parecen descartadas, bien porque son rechazados por algunos Estados, bien porque sus países recibirán la compensación en forma de alguna agencia.

De ser elegido Giscard, en el presidium u órgano principal de la Convención habría otros ocho representantes, dos de ellos españoles: uno elegido por el Gobierno (seguramente, Álvaro Rodríguez Bereijo) y otro por el Parlamento Europeo (el eurodiputado Íñigo Méndez de Vigo).

Será la Declaración de Laeken la que marque las líneas de trabajo de la Convención. Un borrador del texto ya ha sido enviado hace dos semanas a las capitales de los Quince, que han introducido abundantes precisiones. Londres ha enviado un centenar de enmiendas a un texto de sólo siete páginas porque lo consideraba excesivamente federalista. España, por su parte, ha exigido eliminar toda referencia al papel de las regiones, porque en un párrafo se indica que la Unión debe desprenderse de competencias que gestionarían mejor 'los Estados miembros y las regiones'.

La última palabra

Pero, pese a las enmiendas que introducirá la actual presidencia belga, la Declaración de Laeken planteará una serie de preguntas sobre cómo debe ser la UE en el futuro y que serán respondidas por la Convención, integrada por representantes de los Parlamentos nacionales, la Eurocámara, los Gobiernos y la Comisión, aunque la última palabra la tendrán los Gobiernos.

'Las debilidades de la construcción europea aparecen a plena luz del día', señala el borrador de la declaración, que incluye, entre otras, las siguientes preguntas: '¿Cuál es el papel de Europa en este mundo transformado?'. '¿Cómo aumentar la transparencia de las actividades de la UE?'. '¿Cómo aumentar la legitimidad democrática de las instituciones?'. '¿Hay que prever la elección directa del presidente de la Comisión Europea o del Consejo?'. '¿Hay que crear una circunscripción electoral europea para elegir a una parte de los eurodiputados?'. '¿Qué papel pueden jugar los Parlamentos nacionales?'. '¿Hay que respetar la rotación semestral de las presidencias de la UE?'. 'La UE tiene hoy cuatro tratados, pero ¿hay que redactar uno solo y, de ser así, que integre la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión?'.

Esta última pregunta levanta ampollas entre algunos líderes europeos porque, aunque el texto no cita las palabras Constitución Europea, el mensaje implícito parece obvio, lo que pone de los nervios a los países nórdicos y al Reino Unido. Para Prodi, la Declaración de Laeken deberá ser 'firme, sintética y clara', pero la mayoría de los Gobiernos apuestan por un texto más ambiguo, más genérico, que no presuponga respuesta alguna.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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