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EVALUACIÓN DE LA SECUNDARIA

Los alumnos españoles de secundaria, entre los peores de los países desarrollados

El 16% de los jóvenes en España llega a los 15 años con dificultades para leer correctamente

Los estudiantes españoles llegan a los 15 años con peores niveles de comprensión de textos escritos, cultura matemática y conocimientos científicos que la media de los países más desarrollados del mundo. Así lo pone de relieve un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) llevado a cabo en 32 países. España se sitúa por debajo de la zona media tanto en lectura y comprensión de lo escrito -donde los más fuertes son Finlandia y Canadá- como en matemáticas y ciencias, materias dominadas por japoneses y coreanos, según el informe distribuido ayer por la OCDE.

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Un total de 265.000 jóvenes de 15 años han tomado parte en este estudio, denominado Pisa. De ellos, 6.214 eran españoles, una muestra considerada representativa de una población de 399.055 estudiantes de esa edad. La evaluación fue realizada por medio de pruebas llevadas a cabo en mayo de 2000 en 28 de los 30 países miembros de la OCDE, además de otros cuatro que no pertenecen a la organización, pero se han sometido a sus criterios de evaluación. Cada uno de los tres temas estudiados dan origen a un sistema de puntos (véase gráficos) y los mejores resultados corresponden a países de tradición anglosajona o nórdicos, de acuerdo con los criterios aplicados.

La 'comprensión de lo escrito' queda definida como la capacidad de comprender textos, evaluar informaciones, construir hipótesis y aprovechar conocimientos. Uno de cada diez de los alumnos interrogados en el mundo alcanzan el nivel máximo previsto por los autores del estudio. Sólo un 5% de los estudiantes españoles entra en esa categoría máxima de lectura y comprensión de lo escrito, un porcentaje muy alejado de países como Australia, Canadá, Finlandia, Nueva Zelanda y Reino Unido, que tienen entre el 15% y el 19% de su población estudiantil en ese nivel alto de lectura y comprensión. Por encima del 12% se encuentran Bélgica, Estados Unidos e Irlanda.

El estudio de la OCDE evalúa en un 18% el total de estudiantes con deficiencias significativas en cuanto a comprensión de lo escrito; España, con el 16%, se aproxima mucho a esa media, que refleja la minoría de alumnos que llegan al fin de la escolaridad obligatoria sin haber adquirido las competencias elementales en lectura para continuar con sus estudios.

Los autores del informe matizan que las pruebas aplicadas no trataban de medir la capacidad de leer correctamente o de no cometer faltas de ortografía, sino de averiguar en qué medida los individuos son capaces de construir, desarrollar e interpretar el sentido de lo que leen. 'Generalmente pueden leer en la acepción técnica del término, pero encuentran serias dificultades cuando se trata de utilizar la comprensión de lo escrito como un instrumento para adquirir y mejorar conocimientos y competencias en otros terrenos'. Si se añade a esos alumnos incapaces aquellos que no sobrepasan el primer nivel -definido como la capacidad de localizar un fragmento de información, identificar el tema principal de un texto o establecer una correlación simple con conocimientos corrientes- los alumnos en peor situación representan el 18% de media en los países de la OCDE.

Esas dos categorías sumadas suponen el 16% en el caso de España, en este caso por encima de la media y en mejor situación que países como Estados Unidos (18), Italia (19), Alemania (23), Grecia (25) o Portugal (27).

España no está ni mucho menos en el peor puesto de ese nivel elemental de lectura, si bien sí forma parte de los países -con Grecia, México y Portugal- donde se han encontrado los mayores porcentajes de alumnos con dificultades para 'encontrar la información', mientras que los españoles son mejores a la hora de 'reflexionar sobre el contenido del texto'.

En lo que se refiere a la cultura matemática, España se sitúa también por debajo de la media de la OCDE, en la cercanía de países como Alemania, Italia, Portugal o Grecia, para una escala en la que Japón y Corea obtienen los mejores resultados. Los autores del informe advierten de que la evaluación de la cultura matemática ha sido concebida de manera que no desfavorezca a los que no utilizan calculadoras, si bien los alumnos han sido autorizados a usarlas durante la realización de las pruebas. 'No hay indicación alguna de que la utilización de una calculadora haya podido influir en la prestación de los alumnos en este programa', asevera una sorprendente nota de este informe.

Los alumnos de Corea, Dinamarca, Rusia, Hungría, Japón, Letonia, Liechtenstein y Suiza obtienen resultados medios relativamente mejores en cultura matemática que en comprensión de lo escrito. Canadá, España, Estados Unidos, Finlandia, Grecia, Irlanda, Italia, Noruega y Suecia se encuentra en el caso inverso.

En cuanto a cultura científica, que mide la capacidad de los alumnos para dominar conceptos científicos, reconocer cuestiones científicas e identificar el objeto de una investigación, relacionar datos con tesis y conclusiones y comunicar aspectos científicos, España se encuentra cerca de la media de la OCDE -por encima de Alemania, Dinamarca, Italia, Grecia o Portugal-, en una escala encabezada por Corea, Japón, Finlandia y Reino Unido.

La desigualdad socioeconómica

Los resultados del programa Pisa muestran que los alumnos de medios socioeconómicos desfavorecidos no son los que obtienen sistemáticamente malos resultados escolares; pero los autores del estudio se ven obligados a reconocer que 'es uno de los factores que más influyen' a la hora de alcanzar buenas capacidades de comprensión de textos escritos, cultura matemática y cultura científica. 'Ofrecer la igualdad de oportunidades a todos los estudiantes, cualquiera que sea su medio familiar, es un desafío político importante', subraya el informe de la OCDE. Los autores del estudio han creído encontrar indicios de que la riqueza no equivale automáticamente a buenos resultados educativos. 'El medio familiar de los alumnos no es responsable más que de una parte de las disparidades socioeconómicas de la enseñanza', dicen. Pero los centros educativos que disponen de más recursos y que aplican políticas y prácticas asociadas a los mejores resultados 'tienden a ser frecuentados por alumnos procedentes de los medios más favorecidos'. En fin, en estos comienzos del siglo XXI, la OCDE descubre que 'en los países donde se observa una gran segregación socioeconómica, los alumnos procedentes de medios socioeconómicos desfavorecidos muestran un rendimiento inferior. Esta comprobación indica que una cierta parte de la desigualdad de los resultados está asociada a la desigualdad de oportunidades', lo que plantea el problema de la infrautilización de la 'reserva de talentos'. En todo caso, la organización internacional promete ocuparse más a fondo de estos problemas a lo largo de informes, y apunta que un gasto medio elevado por estudiante está asociado a 'resultados medios elevados' en los tres terrenos educativos estudiados, pero 'no los garantizan', puntualiza. El estudio ha encontrado grandes diferencias de puntos de vista sobre la adhesión de los alumnos al sistema escolar. En 20 de los países examinados, más de un estudiante de cada cuatro estima que el colegio es un lugar al que no quieren ir. La proporción más alta entre los reacios a la escuela está, curiosamente, en Bélgica: 42%. A continuación se sitúan Canadá, Francia, Hungría y EE UU. Otro factor que influye poderosamente en los buenos resultados escolares tiene que ver con la moral de los profesores y con una disciplina satisfactoria en las clases. En Alemania, Bélgica y Luxemburgo, muchos profesores especializados trabajan en los centros más privilegiados. El clima de disciplina parece poco favorable en los centros 'donde los efectivos presentan un estatus socioeconómico más elevado, muy particularmente en España, EE UU, Italia, Japón o Reino Unido'.

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