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Reportaje:

Las ayudas de Monteseirín

El alcalde de Sevilla reserva para su gestión directa el 53% del presupuesto municipal para subvenciones en 2002

El presupuesto del Ayuntamiento de Sevilla que se aprueba hoy dota a la alcaldía con 2.953 millones de pesetas. De esa partida que el alcalde, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, gestionará directamente destacan los fondos destinados a subvenciones, unos 382 millones.

Monteseirín dispondrá el próximo año del 53% de todos los fondos que el Ayuntamiento de Sevilla tiene previsto conceder a asociaciones, instituciones y personas físicas en concepto de subvenciones (720 millones). Las subvenciones concedidas por alcaldía son, además, decididas de forma directa y sin proceso alguno de concurrencia o convocatoria pública, sino de manera discrecional. Basta una somera solicitud dirigida al alcalde para, con cualquier motivo como alegación (pequeñas obras, abono de alquileres o, incluso, adquisición de material recreativo como barajas de cartas), esperar que el alcalde destine parte de sus fondos a la persona o asociación solicitante.

La alcaldía se acoge a la excepción de urgencia para eludir la convocatoria pública

Con este mismo procedimiento se han concedido en lo que va de 2001 subvenciones y ayudas por valor de 120 millones de pesetas, la mayor parte de ellas entre septiembre y noviembre. La fórmula elegida por el Ayuntamiento de Sevilla para el reparto de la mayor parte de sus ayudas el próximo año resulta excepcional en el panorama municipal español. Ninguno de los alcaldes de grandes ciudades andaluzas (Málaga, Córdoba o Granada), ni de Madrid o Barcelona, dispone de más de 20 millones anuales para conceder subvenciones según su libre criterio. En el caso de Granada, por ejemplo, donde gobierna el socialista José Moratalla, el alcalde sólo dispone de 4 millones para estos fines.

Técnicamente, el procedimiento elegido para el reparto de subvenciones en Sevilla no supone ninguna irregularidad. La alcaldía se acoge para eludir el requisito de la convocatoria pública a la excepción de urgencia que prevé la ordenanza municipal de concesión de ayudas.

Incluso el delegado de Hacienda, Carmelo Gómez, ha utilizado como justificación que las subvenciones de alcaldía están fuera del ámbito de aplicación del reglamento por ser nominativas, pese a que según la propia norma entre esas sólo se incluyen las contenidas 'en normas de rango legal, o consignadas en el presupuesto municipal, así como las ayudas institucionales de carácter permanente a favor de otras Administraciones Públicas', condiciones que no se dan, al menos, en los beneficiarios en 2001.

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Pese a su aparente legalidad, la portavoz adjunta de Izquierda Unida, Paula Garvín, considera la forma de actuar del alcalde en cuanto a las subvenciones como 'ética y moralmente deleznable y políticamente muy discutible' y el PP ya ha anunciado que solicitará una auditoría de las ayudas concedidas en 2001, cuya motivación debe estar justificada a los tres meses de su concesión, algo que su concejal José María Pareja ve 'muy complicado'.

Monteseirín se ha limitado a alegar que él se limita a cumplir con su programa y con los acuerdos que en la campaña electoral firmó con asociaciones y colectivos. Y ese es el principal reproche que le hace la oposición municipal. Pareja cree que la política del alcalde 'es electoralista y excluye a quienes no firmaron contratos-programa con él'.

La fórmula elegida podría, además, resucitar los eternos problemas del PSOE con su socio de gobierno en el Ayuntamiento de Sevilla, el Partido Andalucista que aún no ha levantado la voz pese al escozor que provoca que la mayor parte de las subvenciones las gestione la alcaldía, cuando la teóricamente responsable de entregar ayudas a las asociaciones es una de las delegaciones andalucistas, la de Participación Ciudadana.

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