"Los grandes actores se adueñan siempre de las películas"
Profesor de historia hasta su salto a la realización, hace seis años, con Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, Agustín Díaz Yanes (Madrid, 1950) se siente todavía más guionista que director. Hoy estrena su segundo largometraje, Sin noticias de Dios, un filme en el que narra el enfrentamiento de dos ángeles del cielo y el infierno (Victoria Abril y Penélope Cruz) por la salvación en la tierra de un modesto boxeador (Demian Bichir). En el reparto, de 55 personajes, aparecen actores españoles, mexicanos, franceses y británicos.
Pregunta. Han pasado seis años desde Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. ¿Por qué tanto tiempo?
Respuesta. No porque yo haya querido, sino porque escribí durante casi tres años Madrid Sur, luego pasé otro año intentando levantar el proyecto y cuando me di cuenta de que no se podía hacer porque era excesivamente caro cejé en el empeño, pero, claro, ya había perdido casi cuatro años. Yo no soy rápido, pero si no hubiera sido por eso no habría tardado tanto en rodar.
"Me gusta que los protagonistas sean brutales, fuertes. El 'casting' ideal para esta historia eran Victoria y Penélope"
"Me siento más guionista que director, aunque me está gustando lo de dirigir. Es algo nuevo cada día"
P. ¿Le ha pesado la presión del éxito de crítica y público de su primer largometraje?
R. A lo mejor ha pesado, no digo que no, pero no me debió pesar mucho porque escribí Madrid Sur. Es ahora cuando me empieza a pesar un poco, más que nada porque todo el mundo me lo recuerda.
P. ¿El tiempo transcurrido ha podido dilatar la presión?
R. Puede ser. No la siento, pero probablemente la tenga, aunque creo que uno mismo de manera inconsciente se va quitando cosas de la cabeza para no estar todo el día pensando en lo mismo. Me he dado cuenta de que, inevitablemente, hiciera la película que hiciera, siempre va a haber una comparación con Nadie hablará..., porque se convirtió en una película más grande de lo esperado. Y sobre todo es la única que has hecho. Si hubiera hecho veinte...
P. El cambio de registro ha sido total. ¿No teme sorprender demasiado?
R. Sinceramente, creo que no. He visto 200 veces Sin noticias de Dios y tiene muchas cosas parecidas a Nadie hablará... Cuando pasen tres o cuatro años, los pocos o muchos que la vuelvan a ver se van a dar cuenta de que no hay tanta diferencia con Nadie hablará... En realidad, llevo 20 años escribiendo Nadie hablará... porque al final termina uno escribiendo sobre lo mismo.
P. ¿Cómo definiría Sin noticias de Dios, una película difícil de clasificar?
R. Es una comedia fantástica mezclada con un thriller moral. Es una definición que me dio el otro día una periodista y que encontré genial.
P. ¿Cree en los ángeles?
R. No.
P. ¿Por qué ha elegido entonces a los ángeles para protagonizar su película?
R. Porque me parecía un buen tema para escribir. Una de las cosas más problemáticas a la hora de escribir cine es que cuando normalmente se te ocurre algo siempre está hecho miles de veces. Casi todos buscamos una idea algo original, que te motive de alguna manera, y eso es lo que yo buscaba en el tema de los ángeles. Me gustó mucho la búsqueda del diseño del cielo y el infierno.
P. Con la elección de dos actrices de la talla de Victoria Abril y Penélope Cruz, ¿buscaba el duelo interpretativo?
R. Sí, entendido no como colisión, sino como duelo entre dos actrices potentes. A mí, como director, me gusta siempre que los protagonistas sean brutales, fuertes. El casting ideal en esta historia eran Victoria y Penélope.
P. ¿Cómo ha sido el trabajo con ellas?
R. Muy bueno. Con Victoria ya he trabajado mucho, conozco sus paranoias y ella conoce las mías. Con Penélope, he descubierto a una actriz muy disciplinada y creativa. Lo que tú le pides lo entiende perfectamente y lo hace, y lo que no le pides, te lo cuenta. Sé que suena a tópico, pero ha sido un rodaje suave. Han estado las dos muy creativas.
P. ¿Han sugerido alguna aportación o cambio en el guión?
R. Aportaciones, muchas. Que yo recuerde, todo el personaje de Penélope, en la forma de andar, de moverse, en la manera de fumar un poco masculina, todo es suyo. Me lo consultó y a mí me pareció estupendo. De Victoria, toda la parte de cantante también fue idea suya y de Paco Femenía, el fotógrafo. En el guión estaba que el personaje de Victoria cantara una canción, pero ella ha sido la que ha sobredimensionado estas escenas. Pero no sólo Victoria y Penélope. También Gael García Bernal ha hecho muchas aportaciones personales que yo he aceptado encantado. En mis rodajes, todos los actores aportan muchas cosas.
P. Escribió la historia pensando en las dos actrices, e incluso retrasó el rodaje por esperar a Penélope Cruz. Por ejemplo, Woody Allen no espera a actores o actrices para rodar, convencido de que, dentro de unos mínimos de calidad, no son fundamentales para la historia. ¿Por qué eran para usted tan fundamentales estas dos actrices?
R. Primero, Woody Allen es mucho mejor que yo, y luego vive en América, donde hay un elenco bestial de actores. A lo mejor es un defecto, pero como yo escribo los guiones pensando en quién los va a interpretar, me costaría mucho cambiar. Si me hubieran quitado a una de las dos, hubiera sido una tragedia.
P. ¿No tenía miedo de que la personalidad de las actrices estuviera por encima de la historia?
R. Los intérpretes, cuando son buenos, siempre están por encima de la historia. Un guión es algo que tú puedes escribirlo muy bien y rodarlo muy bien, pero hay un momento brutal, fundamental, y es que los grandes actores se adueñan de la película. Tú lees el guión de El Padrino, que es magnífico, pero cuando ves la película te das cuenta de cómo los actores se han apropiado de ella. También hay otra cosa, tú puedes escribir un diálogo, que de 0 a 10 lo podemos calificar de 6. Si a un buen actor o una buena actriz le das ese diálogo, te lo suben al 8. Y si tienes suerte y has escrito un guión de 8, te lo ponen en un 10.
P. Empezó a dirigir casi por obligación, después de una carrera como guionista, ¿se ve ya como realizador?
R. Me cuesta mucho verme de cualquier cosa, pero verme de director de cine... Para verte de director tienes que ser como Trueba, o Almodóvar, o Gómez Pereira, o Armendáriz, directores que llevan hechas muchas películas y generalmente con aceptación del público. A mí me queda mucho. Me siento más guionista que director, aunque me está gustando lo de director. Escribir está muy bien, pero es muy solitario; dando clases te vuelves muy repetitivo, y dirigir es algo completamente nuevo cada día. Te enfrentas a muchos problemas que tienes que resolver. Es una profesión muy bonita, que quizás hay que empezar más joven para tener más tiempo, pero me gusta.
P. Viendo el éxito de Nadie hablará... ¿que querría para Sin noticias de Dios?
R. Que los productores recuperen su dinero, porque tenemos que hacer más películas todos. No es bueno hacer una película española que no vaya bien. Que vaya suficiente gente a verla, y que a la gente, más o menos, le guste. No pido más.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.