Barcelona estrena 35 autobuses que funcionan con gas natural

Barcelona estrena 35 autobuses propulsados por gas natural, iniciando así la sustitución de una parte de la flota, formada por 865 vehículos que funcionan con gasóleo. Cuando se complete la renovación prevista por Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) serán 250 los autobuses que utilizarán el gas como combustible, lo que se calcula que ocurrirá alrededor de 2004. La atmósfera barcelonesa y los ciudadanos saldrán ganando con el cambio, ya que el transporte es el principal foco contaminante, muy por delante de la industria.

Los nuevos vehículos reducen un 25% las emisiones de anhídrido carbónico (CO2). En el acto de presentación de los coches, el alcalde de la ciudad, Joan Clos, comparó la mejora que comportará para el medio ambiente con la que supuso en la década de 1960 para Barcelona el relevo de las viejas calderas de carbón y gasóleo de las calefacciones por las de gas, fruto de otro acuerdo alcanzado entonces por la corporación municipal y la empresa Catalana de Gas, lo que significó despejar de un plumazo el cielo barcelonés de la humareda que lo oscurecía durante los meses de invierno.

La entrada en servicio de los nuevos 35 autobuses de gas, a los que seguirán el año próximo otros tantos, tiene su precedente en el segundo semestre de 1995 y durante 1996, fechas en las que empezaron a rodar en Barcelona dos vehículos de la marca Mercedes Benz que utilizan este combustible. Ambos cubrían las líneas 27 (Plaza de Espanya-Roquetes) y 9 (Plaza de Catalunya-Zona Franca).

El resultado de estos dos vehículos de pruebas ha animado a TMB a seguir los pasos ya dados por otras ciudades españolas, como Madrid, en la que circulan 70 vehículos de gas y se prevé que entren en funcionamiento 40 más el año próximo. Burgos, Sevilla, Vigo, Valencia, Salamanca y Valladolid también han probado ya los nuevos coches.

La reducción del ruido es otra de las mejoras que aportarán los nuevos autobuses de gas. La baja sonoridad es otra de sus cualidades, lo que, tratándose de una ciudad ruidosa como Barcelona, es otro elemento a su favor. El motor de los nuevos coches va recubierto de una caja que reduce el ruido. Por si fuera poco, en su interior se perciben menos vibraciones que en los convencionales.

El precio de cada coche es de 35 millones de pesetas, una cifra muy similar a la de sus homólogos de gasóleo. A la pregunta de por qué razón se ha tardado tanto en sustituir los viejos autobuses si, por lo que respecta a los costes, no parece que haya variaciones sustanciales, respondieron los directivos de TMB asegurando que resulta complicado modificar las infraestructuras adaptadas a las necesidades de los motores de gasóleo.

Es precisamente esa parte, la relativa a las plantas para repostar -el equivalente de las gasolineras-, la que planteó más problemas. Para solucionarlos, Gas Natural ha invertido 330 millones en la canalización del fluido hasta la estación de carga -situada en las cocheras de la TMB en la Zona Franca-, con capacidad para abstecer a 120 vehículos.

El presidente de Gas Natural, Antoni Brufau, facilitó un dato concluyente: cuando estén rodando por las calles de Barcelona los 250 autobuses de gas previstos, dejarán de emitirse 4.000 toneladas de anhídrido carbónico al año a la atmósfera. Gas Natural y el Ayuntamiento recalcaron ayer la indudable mejora medioambiental que comortará el convenio que ambos han firmado.