Los 'ertzainas' de Erne exigen que la seguridad se anteponga a las cuestiones económicas en la negociación con Interior

'¿Para qué queremos gratificaciones extraordinarias si nos han matado? Debe primar la seguridad, porque estamos hablando de nuestra vida' Fue una de las numerosas voces que se alzaron ayer en la asamblea de afiliados del sindicato de la Ertzaintza Erne, celebrada en un colegio de Bilbao. En ella, el secretario general, Iñaki Castro, criticó la gestión, 'caótica y marcada por la improvisación total', del consejero de Interior, Javier Balza.

Castro repasó la situación en las comisarías, el 'fracaso' del sistema de calidad Egunsentia, que calificó de 'fraude', y la reducción en un 20% de los efectivos en Seguridad Ciudadana. Centró las reivindicaciones laborales en asuntos económicos, como la exigencia de que a partir del año próximo, cuando las 35 horas sean una realidad en la policía vasca, Interior pague con gratificaciones extraordinarias tipificadas las horas que se realicen fuera de la jornada. 'Si usted me llama fuera de la jornada, me paga', dijo gráficamente.

Castro reveló que su central ha remitido una carta a Balza, otra al viceconsejero de Seguridad, Mikel Legarda, y una tercera al director de Recursos Humanos, Juan María Barasorda, en la que se detallan las prioridades de la negociación. Interior ha respondido que abrirá en breve la mesa general de negociación.

Pero tras la intervención inicial, los afiliados pusieron sobre la mesa lo que consideran la prioridad: su seguridad. El atentado del martes en Bilbao contra dos patrulleros estaba muy presente entre los asistentes, unos 250 agentes. Tomaron la palabra miembros de Seguridad Ciudadana, de Brigada Móvil, un subcomisario,... Y la idea central de todos fue primar la seguridad. Castro cogió el guante. Anunció un 'conflicto colectivo sostenido y largo' y respondió: 'Habrá que darle prioridad a la seguridad y si es necesario crear una mesa específica'.

Después, en una nota, Erne dijo que sus afiliados le han 'exigido la adopción de las medidas sindicales que estimemos oportunas para conseguir aumentar la protección de los propios servicios policiales, sobre todo la seguridad física de los agentes', porque no hay eficacia 'desde la debilidad'.