El petróleo supera los 20 dólares tras sumarse Noruega al recorte de producción de la OPEP

El precio del crudo se disparó ayer por encima de los 20 dólares, casi un 17% con respecto al lunes pasado, con la confirmación de Noruega de que secundará el recorte de producción decidido por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) el pasado 14 de noviembre. Noruega es el segundo mayor exportador de crudo ajeno a la OPEP. El primero es Rusia y el apoyo de este país al recorte es clave para que la medida impulse los precios. Ayer, las tres grandes petroleras rusas, Lukoil, Yukos y Tyumen esperaban la orden de Moscú para cerrar la espita.

'Noruega', según aclaró ayer un portavoz del Ministerio del Petróleo y Energía, 'recortará su producción de crudo entre 100.000 y 200.000 barriles diarios [de un total de 3,1 millones] si otros grandes productores cooperan con la medida. No lo haremos solos'. La posición de Noruega tiene una condición y ésta es Rusia, aunque el Gobierno de Oslo no se refiera a ella directamente. Pese a la condición, el sí noruego impulsó el precio del crudo a superar los 20 dólares en la jornada de ayer, lo que supuso una revaloración de más de un dólar con respecto a la sesión anterior.

El Gobierno de Moscú es la pieza que falta en el rompecabezas que la OPEP diseñó el pasado 14 de noviembre, durante su última reunión en Viena, la sede del cartel. En esa fecha y con el precio del crudo a los niveles más bajos de los últimos dos años, la OPEP decidió un recorte de su producción de 1,5 millones de barriles diarios a partir del próximo 1 de enero. La OPEP, por sí sola, ya redujo su extracción en 3,5 millones de barriles en lo que va de año, pero la medida no impulsó los precios del crudo como esperaba.

Estrategia global

El último recorte de la OPEP decidido a mediados de noviembre, a diferencia de los anteriores, no entró en vigor a partir del primer día del mes siguiente a la cumbre, sino que se postergó hasta enero para tener tiempo de lograr un acuerdo con los productores ajenos a la organización. Antes de la reunión del 14 noviembre, el presidente venezolano, Hugo Chávez, y el ministro del Petróleo saudí, Alí al Naimi, visitaron Oslo y Moscú para intentar convencer a noruegos y rusos de la necesidad de que se plegaran a una reducción mundial de la producción para frenar la caída de los precios.

Chávez y Al Naimi se fueron con las manos vacías. Rusia se negaba rotundamente a cerrar la espita. Pese a ello, la OPEP decidió el recorte de producción, pero con la condición de que los grandes exportadores ajenos al cartel secundaran la medida de al menos medio millón de barriles diarios. En ese momento, la OPEP sólo contaba con el respaldo de Omán, un productor relativamente pequeño del golfo Pérsico y aliado de los grandes de la zona (Arabia Saudí, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, todos de la OPEP). Omán se comprometió a recortar 25.000 barriles diarios de un total de 990.000.

La cotización de los precios del crudo cayó por debajo de los 17 dólares la semana pasada y las cuentas empezaron a no cerrarle al Gobierno de Vladímir Putin, que necesita el dinero de las exportaciones petroleras para realizar los pagos de su deuda externa. México y Noruega también comenzaron a ponerse nerviosos. La economía mexicana aún depende de los ingresos petroleros y más ahora que sus exportaciones de productos manufacturados a EE UU ha caído significativamente por la crisis. Los ingresos fiscales noruegos por ventas petroleras también son importantes.

México, a pesar de haber sido el colaborador más estrecho de la OPEP en los últimos años, dudó bastante en sumarse al recorte. La razón fundamental es que los propios miembros de la OPEP no estaban cumpliendo sus compromisos de reducción. El cartel se fijó una cuota máxima de producción de 2,3 millones de barriles diarios desde el 1 de septiembre pasado. Al final de ese mes se había pasado en 1,6 millones y en octubre todavía extraía 840.000 barriles por encima de la cuota.

En el mercado petrolero, quien deja de producir suele perder clientes a manos de otro exportador que ofrece más crudo y a mejor precio. Antes, la OPEP podía recortar por sí sola y conseguir impulsar los precios. Ahora, países como Noruega, Rusia, México e incluso Angola o Kazajistán producen y exportan tanto o más que muchos miembros de la OPEP. Rusia produce cerca de siete millones de barriles diarios y en la OPEP sólo Arabia Saudí supera esa marca.

Apoyo de las petroleras

El primero en dejar las suspicacias a un lado ante el desplome de precios fue México e inmediatamente se sumó al recorte con 100.000 barriles diarios de un total de tres millones. El ministro mexicano de Energía, Ernesto Martens, voló a Oslo y el martes pasado anunció que un acuerdo de reducción entre exportadores de la OPEP y de fuera de ésta 'estaba muy cerca'. Noruega dio el paso hacia el recorte de la extracción y ahora se espera que Rusia lo haga en estos días.

Varios intermediarios del mercado petrolero en Londres contaron ayer que operadores de cada una de las tres grandes petroleras rusas Lukoil, Yukos Oil y Tyumen Oil les habían avisado de que esperaban la orden de Moscú de cerrar la espita en cualquier momento. El presidente de Lukoil, Valik Alekperov, instó ayer al presidente Putin para que aceptara colaborar en el pacto de reducción de producción, según la agencia Bloomberg. Alekperov fue desde el principio un defensor del acuerdo, mientras que Mijaíl Borisovich, presidente de Yukos, siempre se opuso y ahora ha cambiado de idea.