Paro y nuevas tecnologías

Estupor, incredulidad, rabia contenida son algunos de los sentimientos que experimento mientras altos cargos del Gobierno, encabezados por el presidente Aznar, nos dicen que España está a la vanguardia de las nuevas tecnologías. Además, no cesan de decir que en un plazo de dos años harán falta 250.000 puestos de trabajo en ese sector. Pues bien, la realidad es muy distinta; la realidad es que cada vez son más los trabajadores especializados en nuevas tecnologías en la calle, entre los cuales me incluyo. De nada sirve una licenciatura en humanidades combinada con un máster en nuevas tecnologías de la información en el Reino Unido, amén de otros másteres y unos conocimientos de idiomas. Y lo peor es que amigos o conocidos de similares perfiles están en la misma situación, y los despidos en el sector no cesan.

No se puede culpar de esta situación al 11 de septiembre, pues ya antes venía sucediendo. En este país, por mucho que nuestros gobernantes se empeñen en decir lo contrario, las nuevas tecnologías no tienen el papel destacado que en otras naciones desempeñan. Además, según el último estudio realizado por Financial Times y la OCDE, España ni siquiera figura entre los 25 países con más posibilidades de triunfar en la economía del conocimiento del nuevo milenio, mientras que sí lo hacen Portugal, Hungría, Polonia o Irlanda.

En España, la ecuación de moda es la siguiente: humanidades+ nuevas tecnologías+idiomas+alto nivel cultural=paro. Y así no se llega a ninguna parte. Al menos, que nos den facilidades para emigrar.