El PSOE plantea un hondo cambio en el Estado autonómico con una mínima reforma constitucional

El PSOE se propone la reforma del Título III de la Constitución, para modificar las funciones del Senado y dejar inalterados el capítulo preliminar, sobre el modelo de Estado, y el título VIII, sobre el Estado autonómico. Los dos últimos son perfectamente válidos, aunque con la reforma del Senado se conseguiría un mejor funcionamiento y, sobre todo, la cooperación entre comunidades autónomas y entre éstas y la Administración central. Ésta es la propuesta fundamental del documento del PSOE que ayer estudió la Ejecutiva Federal y que será presentado para su debate el jueves a los barones territoriales.

'Impulso Autonómico y Fortalecimiento del Estado de las Autonomías', es el título que ayer recibió este proyecto presentado por el responsable de Desarrollo Autonómico, Juan Fernando López Aguilar, que recibió aportaciones de diferentes miembros de la ejecutiva federal. En la cúpula socialista se estima que este texto será aprobado el jueves por el Consejo Político Territorial, en el que se reúnen todos los líderes de las federaciones y presidentes autonómicos, aunque el debate continuará hasta el mes de febrero cuando, definitivamente, el comité federal apruebe la propuesta del PSOE sobre el Estado Autonómico que se presentará como oferta de los socialistas para las elecciones autonómicas del 2003.

Este documento deja claro que el PSOE desea despejar equívocos conceptuales sobre lo que significa para este partido 'España'. No se pone en cuestión el modelo de Estado ni tampoco el Estado autonómico sino que la apuesta se hace por su mejor funcionamiento. Desde esta base se fundamenta la oferta exclusiva de cambio constitucional para el Senado. Los miembros de la ejecutiva consultados señalan que aunque literalmente sería un cambio constitucional 'de mínimos', sólo los artículos 69, 74 y 90 del Título III, sobre las Cortes Generales, los cambios serían de amplio calado en el funcionamiento de las comunidades autónomas entre sí y en su relación bilateral y multilateral con el Estado.

Los socialistas contemplan un horizonte de cuatro años hasta llegar al punto en el que el Senado sea una Cámara territorial 'que no será disuelta a la vez que el Congreso sino que se ocupará por su carácter territorial a representar los intereses generales comunes de las Comunidades Autónomas'.

Todas las iniciativas de carácter territorial procedentes de las comunidades autónomas serán remitidas al Senado y no al Congreso como ahora ocurre. Este nuevo Senado será el foro donde se produzca el debate económico y financiero territorial.

Elección de senadores

La protección de 'los hechos diferenciales' sería otra de sus tareas a través de los senadores representantes de cada comunidad autónoma reunidos en 'grupos territoriales' para proteger 'el derecho diferencial que se considere amenazado por un proyecto o proposición de ley que vaya a ser tramitado en las Cortes Generales'.

El actual sistema de acceso al Senado, en elecciones generales o por designación de las cámaras autonómicas, también sufrirá modificaciones. 'Los senadores de elección parlamentaria serán la mitad, en lugar de la quinta parte actual. El importante incremento del número de los elegidos por este procedimiento obligará a que ya no sea necesaria la condición de parlamentario autonómico para ostentar la condición de senador', dice la propuesta socialista.

'El Senado resultante de estas reformas obligará a que esta Cámara ya no sea disuelta a la vez que el Congreso sino que será la Cámara parlamentaria que perfeccionará su carácter territorial al representar los intereses generales comunes de las comunidades autónomas', explica el texto.

Los socialistas estiman que el debate autonómico no debería estar situado en la reforma constitucional que 'quiebre el modelo de soberanía o pretenda la ampliación ilimitada de competencias, sino en la adaptación de los proyectos nacionalistas, vasco y catalán específicamente, a un marco global de referencia, como es la Unión Europea'.

El texto del PSOE, además, considera alejado del realismo plantear 'un adelgazamiento ilimitado del Gobierno del Estado, como tampoco es posible contemplar políticamente ninguna otra realidad estatal ni paraestatal española en el concierto europeo'.

Las líneas generales de este proyecto contaron con el visto bueno generalizado de los miembros de la ejecutiva, incluido el expresado por el primer secretario del PSC, José Montilla. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, elogió ayer tanto al PSC como al portavoz socialista en el Parlamento de Cataluña, Pasqual Maragall. 'A diferencia de CiU, que plantea una relación bilateral con el gobierno central, Maragall tiene ideas para toda España'.

[El Pulsómetro que realiza el Instituto Opina para la Cadena SER dio a conocer ayer el resultado de una encuesta sobre la labor de Rodríguez Zapatero como secretario general del PSOE, según la cual el 41% de los españoles considera desacertada su estrategia de oposición, frente a un 30% que la considera acertada. Más de la mitad de los entrevistados (52%) cree que el líder socialista debería endurecer sus críticas al Gobierno y un 23% opina que no. Respecto a la autoridad de Rodríguez Zapatero en el seno de su partido el 39% manifiesta que la ha impuesto frente al 32 % que interpreta lo contrario. Entre estos últimos un 36% cree que en el PSOE sigue mandando Felipe González (un 10% del total de entrevistados), el 7% opina que los barones y un 4% que no manda nadie.]