Kioto y el 11-S

Desde los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre, el presidente de los Estados Unidos de América intenta conseguir, y más tarde mantener, el apoyo del mayor número de países, para justificar el ataque de su Ejército contra Afganistán (bueno, oficialmente, contra Osama Bin Laden, el mayor terrorista del mundo).

Es unánime el apoyo obtenido por el presidente George W. Bush y su país por parte de todos los Gobiernos occidentales, y casi unánime en los países musulmanes. Sean países desarrollados o en vías de desarrollo, sean del Norte o del Sur, sean ricos o pobres. No estoy diciendo que sea correcta o incorrecta esta actitud, aunque sí algo distinta a lo que suelen decir los dirigentes de países que sufren 'en sus carnes' esa lacra social llamada terrorismo.

Lo que sí me llama la atención es que en estos días se haya aprobado, por fin, el Protocolo de Kioto, con la única ausencia de Estados Unidos, gracias a una de las primeras decisiones de su presidente, y nadie, ni un solo país, organización supranacional o internacional (ni siquiera la ONU) haya presionado para que el mayor productor de gases de efecto invernadero (25% del total mundial) se adhiera a ese protocolo, solidarizándose así con los Gobiernos, los ciudadanos y el propio planeta.-