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El piloto no puede reaccionar si se desprende un motor

Uno de los dos motores del Airbus A300 que se estrelló ayer, poco después de despegar del aeropuerto internacional Kennedy, de Nueva York, se desprendió parcialmente. De este modo, aumenta la posibilidad de que el aparato sufra una catastrófica desintegración del motor o de que el mismo motor se desgaje. Esta eventualidad deja poco margen de maniobra a los pilotos para evitar un accidente.

El avión estaba equipado con dos motores CF-6 de General Electric, uno debajo de cada una de las alas, y esta circunstancia debe permitir en condiciones normales máximas garantías en el momento del despegue.

Pero no se trata del primer accidente que sufre un motor CF-6. El de un DC-10 de Continental Airlines se desprendió durante el despegue desde el aeropuerto internacional de Newark (Nueva Jersey) en abril del año 2000 y otro tanto ocurrió en junio del mismo año con un Boeing 767 de la compañía brasileña Varig.

En la mañana de ayer, la parte frontal de uno de los motores del avión siniestrado estaba tirada en los alrededores de una estación de gasolina de Shell, en el distrito neoyorquino de Queens. Pero era sólo un trozo; la turbina había caído en otra zona.

En algunos casos, motores de varios tipos se han desprendido por completo. Un motor de un DC-10 de American Airlines se desprendió cuando el avión despegaba de Chicago en mayo de 1979. El aparato se estrelló cerca del aeropuerto y 270 personas resultaron muertas.

Tres sistemas hidráulicos

Los aviones están preparados para volar con un solo motor, pero si se desprende o se rompe puede destruir los tres sistemas hidráulicos que son necesarios para volar. La pérdida de un motor significa la pérdida automática de dos de los sistemas hidráulicos. Los expertos señalan que daños colaterales pueden dejar fuera de servicio el tercer sistema.

Un avión Airbus cuenta con una cabina de pilotos completamente informatizada y un panel de mandos que supervisa todos los movimientos a lo largo del aparato. El tipo A300 que se estrelló ayer en Nueva York es un jet de tamaño medio, con algo más de longitud que un Boeing 767, pero con una menor envergadura de alas. El avión siniestrado, que ayer cubría la ruta entre Nueva York y Santo Domingo, podía ir cargado con alrededor de 35.000 litros de combustible.

Al parecer, el aparato iba casi lleno de pasajeros. Este tipo de Airbus A300 puede acoger un total de 240 pasajeros en la clase turista del avión y 26 pasajeros más pueden viajar en primera clase.

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