Aznar reforzará hoy su afinidad política y personal con Berlusconi
Granada acoge la cumbre entre Italia y España
Las sucesivas salidas de tono sobre temas europeos e internacionales de Silvio Berlusconi no han mermado la confianza que en él ha depositado José María Aznar, que se dispone a afianzar hoy su relación 'personal y política' con el primer ministro italiano, según fuentes gubernamentales. El presidente del Gobierno recibe hoy a Berlusconi en Granada, donde presidirán una cumbre bilateral.
El presidente del Gobierno, que recientemente marcó cierta distancia con su colega Silvio Berlusconi, pródigo en actuaciones polémicas desde que asumió el poder el pasado 11 de junio, recibe hoy en Granada al primer ministro italiano como el socio ideal para impulsar la modernización de Europa, la lucha antiterrorista y el diálogo con el mundo árabe, añaden las mismas fuentes.
No preocupa en La Moncloa la afirmación de la superioridad de la civilización occidental declarada por el actual presidente del Consejo de Ministros de la República de Italia tras los atentados del 11 de septiembre. 'Berlusconi ya explicó que sus manifestaciones habían sido exageradas por la prensa', comenta un asesor de Aznar. El mismo portavoz descarta que de aquellas declaraciones se pueda derivar algún lastre del mandatario italiano para protagonizar el diálogo euro-mediterráneo.
También se quita importancia en medios gubernamentales a la reciente afirmación de que 'algo huele a podrido en Bruselas' hecha en un medio de comunicación de su confianza por el multimillonario reciclado en la política.
Las fuentes españolas insisten en que los puntos de vista de Berlusconi acerca de la Unión Europea 'son muy próximos a los de Aznar', aunque añaden que 'quizás ambos tengan olfatos diferentes' y sostienen que cualquier exceso verbal achacable al italiano hay que cargarlo en la cuenta de su interés por defender al presidente de la Comisión, Romano Prodi.
Por lo que se refiere a la lucha antiterrorista, fuentes próximas al presidente del Gobierno dijeron desconocer que el Gabinete de Berlusconi haya introducido nuevas normas sobre comisiones rogatorias, que afectan a investigaciones relativas a supuestas corrupciones del propio Cavaliere -el apodo con el que se le conoce en Italia- pero que han suscitado la repulsa internacional porque pueden dificultar la persecución de los recursos financieros de terroristas, traficantes de armas o de drogas y otros delincuentes.
Ni siquiera el hecho de que la Liga Norte, el partido de origen lombardo y xenófobo aliado de Berlusconi, haya propagado la idea de cerrar Italia a los inmigrantes islámicos será inconveniente para que el ministro del Interior, Mariano Rajoy, profundice en la cooperación contra la inmigración ilegal con su colega italiano, Claudio Scajola.
La preocupación fundamental que se percibe en medios gubernamentales españoles en vísperas de este encuentro de Granada, que es una cumbre bilateral entre los dos Estados, es, en palabras de un alto funcionario, 'evitar malentendidos y rivalidades injustificadas para mantener las buenas relaciones tanto personales como políticas con un dirigente y un Gobierno más afín al español, desde el punto de vista ideológico, que el precedente'.
El funcionario citado se refirió, en concreto, al 'síndrome del sorpasso', o recelo manifestado 'en la prensa, pero también en la política y en la Administración', por el hecho de que España pueda superar a Italia como quinta potencia europea.
A esa competencia entre países cabe sumar algunos factores personales. Aznar apadrinó a Berlusconi para que su formación política, Forza Italia, fuera admitida en el Partido Popular Europeo. Pero el italiano no esconde hoy sus aspiraciones a la presidencia de la Internacional Democristiana, cargo que el jefe del Gobierno español asumirá el 21 de noviembre en México.
Por otra parte, Berlusconi quiere también destacar como el aliado europeo más privilegiado de Estados Unidos después de Tony Blair y, de hecho, ha logrado que el presidente George Bush le reciba en Washington antes que a Aznar.
El presidente español desplegará toda su capacidad de convicción para dejar claro que las relaciones entre España e Italia son mucho más sólidas que cualquier rivalidad personal y centrará el diálogo en la cooperación que pueden desarrollar los dos principales gobiernos regidos por el centro derecha.
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