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Reportaje:

Santiago sigue en huelga

La universidad gallega se erige en el principal foco de protesta contra la reforma educativa

Xosé Hermida

Al cemento de la plaza Roja de Santiago debió de escapársele una lagrimita de nostalgia. Últimamente sólo acostumbraba a acoger esporádicas celebraciones futbolísticas, pálida reminiscencia de la época en que los estudiantes antifranquistas concentraban allí sus fuerzas y la empezaron a llamar Roja hasta que el Ayuntamiento acabó reconociéndola como tal. Hacía más de veinte años que la plaza no oía el estruendo que la sacudió la noche del jueves: las cacerolas golpeadas al unísono por unos 2.000 estudiantes que se oponen a la Ley Orgánica de Universidades (LOU) del PP.

En Santiago, una ciudad con menos de 100.000 habitantes censados, hay 33.000 alumnos universitarios. La protesta contra la ley del Ministerio de Educación reunió a 15.000 personas el pasado miércoles al pie de la catedral. La universidad está en huelga hasta el día 14 y los estudiantes amenazan con prolongarla indefinidamente. Cientos de jóvenes, de acuerdo con sus profesores, abarrotan las plazas para celebrar reivindicativas clases al aire libre. Otros pasan día y noche encerrados en sus facultades. Grupos informativos explican a los transeúntes sus discrepancias con la LOU y les dan folletos en los que pone: 'Si no hay estudiantes, Santiago quedará vacío, sin vida en las calles'.

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'Esto no hay quien lo pare, cada día surge una idea nueva', avisaba ayer Manuel, de 4º de Biología, mientras hacía cola, junto a un millar de jóvenes, ante una de las oficinas del INEM de Santiago para inscribirse en el paro. 'Es una manera de recordar lo que nos espera si sale adelante este proyecto elitista', explicaba Inma, otra futura bióloga. Las ideas se discuten cada noche en la plaza de A Quintana, en el casco histórico, donde una multitudinaria asamblea decide los actos a celebrar al día siguiente a partir de las propuestas debatidas antes en cada facultad.

A primera vista, el movimiento parece alegre, pacífico y espontáneo. Y con afán de independencia: los grupos más politizados se ganaron un abucheo por incumplir el compromiso de no mostrar símbolos políticos. 'Se quiere meter el capital privado en las universidades para someterlas a la economía de mercado', dice Emilio Vázquez, de 20 años, que está en 3º de Políticas. ¿El descontento es sólo con la LOU? 'Hay más cosas', confiesa Alba Martínez, de 2º de Filología Portuguesa. 'En las asambleas se ha hablado hasta de la Ley de Extranjería'.

El civismo de los estudiantes y su voluntad de aislar a los grupos violentos enorgullece al rector de esta universidad, Darío Villanueva, quien recuerda la 'tradición histórica' de esta institución, que durante los años sesenta y setenta fue una de las más activas en la lucha antifranquista. La plaza Roja vivirá mañana por la noche otra cacerolada previa a la huelga de consumo del lunes: los alumnos dejarán de comprar por un día para recordar a la ciudad que sin ellos no es nada.

Estudiantes compostelanos hacen sonar cacerolas en la madrugada de ayer contra la nueva ley universitaria.
Estudiantes compostelanos hacen sonar cacerolas en la madrugada de ayer contra la nueva ley universitaria.EFE

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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