El Gobierno de Pujol volverá a ser el que menos esfuerzo haga en inversiones en 2002

El Ejecutivo de CiU tiene razón al afirmar que la inversión del Estado en Cataluña está por debajo de la media. La inversión en España fue el 1,5% del producto interior bruto (PIB), mientras que en Cataluña se quedó en el 0,79%. Pero cuando el cálculo se hace comparando la inversión del Gobierno catalán con la del conjunto de las autonomías, Cataluña también sale perdiendo. Por cada 100 pesetas que invierten de media los gobierno autónomos, el Ejecutivo que preside Jordi Pujol destina a inversiones sólo 85,4, lo que equivale a 35.456 millones de pesetas anuales menos.

En términos de producto interior bruto, la inversión del conjunto de las comunidades autónomas supone el 1,53% del mismo. En Cataluña, sin embargo, ese porcentaje baja 0,22 puntos, hasta quedarse sólo en el 1,31%. La diferencia supone que el Gobierno catalán invierte en Cataluña cada año 35.456 pesetas menos que el conjunto de las comunidades autónomas españolas. La acumulación de esta cifra entre 1991 y 1999 supone que el Gobierno catalán ha invertido un total de 319.102 millones de pesetas menos.

Las cifras fueron presentadas ayer, en unas jornadas sobre infraestructuras organizadas por el PSC, por la economista Maria Antònia Monés y forman parte de un informe realizado por diversas instituciones vinculadas al Ayuntamiento de Barcelona. El estudio tiene en cuenta las cifras de presupuestos liquidados, es decir, las realmente gastadas durante el periodo que va de 1991 a 1999.

El informe analiza también las cifras de los presupuestos (necesariamente no liquidados) de los años 2000 a 2002. Para este periodo, el déficit de inversión del Gobierno central en Cataluña se sigue incrementando. Tomando la media española como base 100, la inversión en Cataluña es del 86,8%, mientras que en la comunidad autónoma de Madrid es del 159,6%.

Si se comparan los porcentajes de inversión de las comunidades autónomas con las inversiones del Ejecutivo que preside Pujol, el resultado es el siguiente: en transporte público, la inversión media de los gobiernos autónomos es del 0,45% del PIB; la de Cataluña se queda en el 0,41%. Las partidas destinadas a obras hidráulicas por las comunidades autónomas suponen el 0,16%, siempre tomando como referencia el producto interior bruto; en Cataluña este porcentaje se reduce al 0,10%.

La vivienda también recibe menor porcentaje del PIB en Cataluña, donde se destina a ella el 0,17% frente al 0,19% del conjunto de las comunidades autónomas españolas. Finalmente, el estudio reseña las inversiones sociales. Una vez más Cataluña queda por debajo: el 0,63% frente al 0,73%.

Si se toman en consideración tanto las inversiones dependientes del Gobierno central como las de los Ejecutivos autónomos, la media española alcanza el 3,03% del PIB, mientras que la catalana se queda en el 2,09%, lo cual supone el 69,2% del 100% español. En términos económicos y para la década estudiada, equivale a afirmar que en Cataluña se invirtieron 1,3 billones menos que en el conjunto de España.

Entre las conclusiones de las jornadas, el diputado Manel Nadal destacó la conveniencia de que a partir de ahora se tenga en cuenta no sólo el criterio de reequilibrio territorial, sino también el de la eficiencia económica, y se invierta más en Cataluña, si se quiere que siga siendo motor económico del conjunto de España.

Nadal cifró en 4,3 billones de pesetas la necesidad de inversiones que realizar en infraestructuras en Cataluña en el próximo quinquenio. Estas necesidades se disparan hasta los 7,4 billones de pesetas si se toma el periodo 2001-2010, lo que supondría el 3,6% del PIB catalán. Nadal reclamó también el traspaso a Cataluña de la gestión de puertos, aeropuertos y trenes regionales y de cercanías.