Vecinos de la calle Montera denuncian la inseguridad que genera la prostitución

Vecinos y comerciantes de la calle de la Montera y aledaños (distrito Centro) recogieron ayer 8.000 firmas para denunciar la inseguridad y el abandono que sufre la zona y que, según ellos, están provocados por la prostitución, la delincuencia y el tráfico de drogas que se producen en esta zona de la capital. Las calles afectadas, según vecinos y comerciantes, son las de Montera, Aduana, Jardines y Caballero de Gracia.

'La situación ha empeorado mucho. En Montera, antes había unas diez prostitutas, pero desde hace un año ya suman más de cincuenta', explicó Cristóbal Fernández, uno de los vecinos. 'No estamos en contra de las prostitutas ni queremos que las pongan en otro sitio; lo que pedimos es que regularicen su situación y que no tengan que trabajar en la calle', añadió.

Las prostitutas, en su mayoría latinoamericanas, se colocan en toda la calle de Montera, principalmente al lado de los comercios. Los clientes negocian con ellas en la calle el precio -un servicio completo cuesta 4.000 pesetas-y luego se van juntos a los pisos particulares que en la zona alquilan habitaciones a 500 pesetas la hora. 'No entendemos por qué los vecinos están en contra de las prostitutas, porque ellas no dan problemas', afirma la dueña de uno de estos pisos, situado en la calle de los Jardines. 'Aquí las conocemos a todas. Además de alquilarles las habitaciones, les damos café y zumos gratis', explica. Y asegura: 'Ninguna ha venido de la Casa de Campo'. Esta mujer reconoce que el negocio, en el que hay un trasiego constante a todas horas de prostitutas que suben y bajan con clientes, le da para 'vivir muy bien'.

'Somos conscientes del problema que hay en estas calles, pero la prostitución no es un delito', afirma Telesforo Rubio, comisario del distrito Centro. ' La actuación policial sólo puede ser preventiva y de vigilancia de la zona', agrega.