Washington advierte a Irak de que su turno llegará después de Afganistán
El régimen de Bagdad asegura que Bush atacará el país del Golfo cuando llegue el invierno
Colin Powell, el militar que guió a las tropas de EE UU durante la guerra del Golfo y el hombre de Estado que encabeza ahora la diplomacia de este país, lanzó ayer un mensaje a Irak: cuando acabe la operación sobre Afganistán, la maquinaria de guerra se ocupará de otros países que fomenten de algún modo actividades terroristas. Citó expresamente a Irak y ridiculizó a su viceprimer ministro, Tareq Aziz. Irak podría convertirse en objetivo cuando el invierno dificulte la campaña en Afganistán. Un desertor de la inteligencia iraquí asegura que existen campos de entrenamiento de terroristas.
Era significativo que Powell hiciera esta reflexión sobre Irak después de haber recibido en su despacho de Washington al viceprimer ministro de Kuwait, Sabaj al-Ahmad al-Sabaj. Un periodista preguntó al secretario de Estado sobre un comentario reciente del viceprimer ministro iraquí, Tareq Aziz, en el que dejaba entrever veladas reclamaciones territoriales sobre Kuwait, el país que trataron de invadir hace más de una década.
Powell comenzó con una referencia al diplomático iraquí, que en la guerra del Golfo se convirtió en el auténtico portavoz y representante de su país: 'El señor Tareq Aziz lleva muchos años haciendo estas ridículas declaraciones amenazadoras. Me las tomo con mucho escepticismo'.
Aziz repite, en cuanto puede, que EE UU y el Reino Unido lanzarán ataques contra su país para aprovechar la operación militar contra Afganistán y tratar de deponer al presidente, Sadam Husein. Powell aprovechó que había entrado en esa cuestión para alimentar la teoría de quienes piensan que Irak puede convertirse en un daño colateral de la guerra contra Afganistán.
Según Powell, 'Afganistán es ahora nuestra prioridad. Tenemos que derrotar a Al Qaeda, tenemos que acabar con la amenaza terrorista al mundo que representa Osama Bin Laden y tenemos que ocuparnos del régimen talibán, que les ha dado cobijo', dijo Powell.
Llegó después el mensaje directo a Husein: 'Después dedicaremos nuestra atención al terrorismo en otras partes del mundo. Y países como Irak, que han tratado de conseguir armas de destrucción masiva, no deben pensar que no les dedicaremos nuestra atención'.
La prensa de Irak (especialmente el periódico Babel, que edita un hijo del presidente) vaticina que EE UU atacará Irak en cuanto el invierno les impida continuar la guerra contra Afganistán. Las condiciones climatológicas en Irak no son tan extremas como en Afganistán. Oficialmente, el Departamento de Estado sólo insiste en que Irak es uno de los siete países que patrocinan el terrorismo, aunque los informes anuales aseguran que el régimen de Bagdad no ha planeado ningún ataque terrorista contra intereses occidentales desde 1993.
Campo de entrenamiento
O esos informes no son del todo exactos o a EE UU le viene sorprendentemente bien algo que, según The New York Times, acaba de conocer: dos antiguos militares de la inteligencia iraquí han desertado y han detallado a la CIA y al FBI los pormenores de un supuesto campo de entrenamiento de terroristas en Irak.
El campamento secreto, según el relato de los desertores a agentes de la inteligencia de EE UU en Turquía, servía para instruir a terroristas de varias nacionalidades en artes militares y operaciones de ataque. Los militares, que trabajaron durante dos años en el campamento, aseguran desconocer si alguno de los guerrilleros entrenados en el campamento tiene vínculos con Osama Bin Laden.
Según declaraciones de uno de ellos al diario neoyorquino (conseguidas a través de un grupo político de oposición a Sadam Husein), en el campamento 'entrenábamos a esta gente para atacar instalaciones importantes para Estados Unidos. La guerra del Golfo nunca terminó para Sadam Husein. Nos repetían mucho que Sadam Husein está en guerra con Estados Unidos', asegura. Una de las actividades principales del lugar consistía en practicar ejercicios de secuestro aéreo en el interior del fuselaje de un Boeing 707.
En todo caso, la existencia del supuesto campamento era incluso conocida por los inspectores de armas que trabajaron en Irak hasta 1998. El Gobierno no permitía la inspección de esas instalaciones con la excusa de que eran campos de entrenamientos antiterroristas para fuerzas especiales. Tampoco parece casualidad que la información se conozca justo cuando la ONU se dispone a revisar las sanciones contra Irak.
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