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Reportaje:Aulas

Olivos saludables

Investigadores de Jaén patentan un método natural para combatir las plagas de un insecto muy dañino para el olivar

Las moléculas que generan las hembras de una especie de insectos y su sintetización han conseguido que la Universidad de Jaén obtenga la primera de sus patentes. El equipo de investigación de Química Orgánica e Inorgánica de la Escuela Politécnica de Linares, coordinado por Antonio Ortiz, ha sido el responsable del descubrimiento mediante el que las feromonas de la hembra sirven para atrapar a los machos del Lepidóptero euzopher pinguis haw, sumamente dañino para el olivar. De una forma natural, sin pesticidas, los profesores universitarios consiguen que la dañina plaga para este árbol deje de serlo. Ya se están haciendo pruebas de la patente en Andalucía, Extremadura, Madrid y Cataluña.

Antonio Ortiz destacó ayer que la patente que ha conseguido la Universidad de Jaén supone la eliminación de esta plaga con un método conservacionista 'sumamente respetuoso con el medio ambiente'. Jorge Aguilera, de la OTRI de la Universidad, destacó que ya se han solicitado otras cinco patentes más, aunque la media de aceptación de proyectos supone dejar transcurrir tres años, por lo que todavía pueden tardar en conseguir la segunda.

Los investigadores de Química lo que han hecho mediante el trabajo desarrollado ha sido interferir la comunicación entre unos insectos que se introducen en el tronco del olivo sin dejar huella provocándole enormes daños. Estos insectos se comunican a través de mensajes químicos que han reproducido en los laboratorios, centrándose en los mensajes sexuales de las hembras hacia los machos.

Una vez que han reproducido el mensaje de moléculas en el laboratorio, colocan cápsulas en el campo que atraen y atrapan a los machos. El efecto que se consigue es que se reduzca el número de machos, por tanto también el de cópulas y la reproducción masiva de la especie. 'Baja la población de forma radical y es un sistema eficaz basado en las feromonas de la hembra', destacó Ortiz.

La utilidad de la patente, destacó el profesor de Química, dependerá del uso comercial que encuentren las empresas en el producto. La mayoría de las que podrían estar interesadas son las que trabajan con insecticidas para la eliminación de plagas, y sólo harían uso de esta patente si hay demanda en el mercado de productos naturales que no perjudiquen. Entre los inconvenientes de la distribución se encuentra también el hecho de que es un tratamiento mucho más barato que el químico tradicional, por lo que no confían los universitarios en que las empresas aconsejen comprarlo a los agricultores.

La investigación se está completando con otro trabajo que se realiza de forma conjunta con la Universidad de Málaga que pretende el mismo objetivo de atrapar machos, pero de forma masiva. La patente que ahora se ha conseguido en Jaén comenzó a tramitarse en 1997. La media de tres años hasta conseguir que sea un proceso legal sólo es posible si no se realiza ningún tipo de error en la tramitación, ya que en ese caso todavía tardará más, explicó Aguilera.

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Los responsables de la Universidad de Jaén creen que los investigadores no tienen demasiado claro qué se puede patentar y cómo hacerlo. Por eso han programado unas jornadas que se celebrarán el día 30 de este mes en el que les indicarán las posibilidades de las patentes. 'Seguro que los profesores tienen un montón de cosas que se pueden patentar y ni tan siquiera se lo han planteado porque no lo saben o porque creen que eso que han logrado es una tontería', subrayó Jorge Aguilera.

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