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El Consell confía en un mayor consumo y en el crecimiento económico para cuadrar sus cuentas

Rambla afirma que los efectos de la crisis tras los atentados del 11 de septiembre serán 'cortos'

El proyecto de presupuestos de la Generalitat para 2002 presentado ayer por el consejero de Economía, Vicente Rambla, crece un 10,41% con respecto al ejercicio actual. Una previsión que parece obviar tanto el enfriamiento de la economía como, sobre todo, la incertidumbre creada tras los atentados del 11 de septiembre. Porque esa previsión está basada en los ingresos adicionales que proporcionará el nuevo sistema de financiación autonómica, ligado en gran medida al consumo, para el que se vaticina un crecimiento del 2,4%, un dato que en estos momentos parece demasiado optimista.

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El presupuesto de las empresas públicas sube un 46%

'Nuestra economía está preparada para seguir creciendo de forma sostenida', aseguró ayer Rambla al presentar los presupuestos, para matizar a continuación que ese crecimiento se producirá 'de forma más moderada'. Rambla reconoció que las previsiones de crecimiento se ven afectadas por los atentados del 11 de septiembre, pero auguró que los efectos de los mismos serán 'cortos' ya que, según afirmó, los expertos prevén una recuperación de la economía para mediados del próximo año.

En consonancia con la tesis del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, quien asegura que la economía valenciana está mejor preparada para afrontar la crisis, el consejero de Economía citó en este contexto las previsiones macroeconómicas -casi todas mejores que las de conjunto del país- que se han tenido en cuenta a la hora de elaborar el proyecto presupuestario: un crecimiento del PIB valenciano de un 3% -una décima por encima de la media española y algo superior al promedio europeo-, un aumento de la demanda interna del 2,8%, una subida del consumo del 2,4% y un crecimiento de las exportaciones cifrado en el 7,5%. Y todo ello con una previsión de inflación del 2% para el ejercicio de 2002, difícilmente alcanzable cuando la interanual se encuentra ahora en el 3,5% y cuando las perspectivas económicas son al menos, inciertas.

Los presupuestos de la Generalitat para 2002 -que ascienden a 8.339 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 10,41% con respecto a los de este año- 'garantizan el nivel de expansión económica', según indicó Rambla, quien citó el gasto social, la creación de empleo, la potenciación de la inversión pública, el impulso a la innovación y la mejora de la competitividad como los principales objetivos del proyecto, que persigue mantener el equilibrio presupuestario y favorecer la convergencia económica. Si se añaden las empresas públicas, los presupuestos suman 9.985 millones de euros, lo que representa un incremento del 14% respecto a 2001.

Rambla destacó que el 76,8% del gasto -6.405 millones de euros- se destina a las políticas de gasto social, que calificó como la 'piedra angular' del proyecto y que se centran en las áreas de sanidad, educación, bienestar social, cooperación, vivienda y empleo. Entre las prioridades de gasto, el consejero citó las infraestructuras y la inversión pública, que crecen un 31,12%; las políticas de investigación, desarrollo e innovación tecnológica (I+D+I), que aumentan el 15,66%, y las destinadas al fomento del empleo con un incremento del 10,26%. Además, destacó que la Consejería de Sanidad es la que mayor crecimiento experimenta -un 10,07%, con un presupuesto de 3.074 millones de euros-. Le siguen Bienestar Social, departamento al que se destinan 342 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 9,88%; Educación, que dispondrá de 2.433 millones de euros, un 9,25% más que este año; y Medio Ambiente, que crece un 8,72% y recibe 105 millones de euros. Respecto a las inversiones, el proyecto presupuestario prevé casi 817 millones de euros -un 9,8% del total del presupuesto, con un incremento del 4% con respecto al año 2001-, aunque si se suman las previstas para las empresas públicas la cifra asciende hasta los 2.240 millones de euros.

DeudaPor lo que se refiere a la deuda, el consejero de Economía destacó que tanto la carga financiera provocada por los intereses de la deuda pública como por la amortización de la deuda pública alcanza el 4,7% del presupuesto total, lo que, según afirmó Rambla, 'pone de manifiesto el moderado y el asumible control del endeudamiento' por parte de la Generalitat. Así, explicó que 'se reducen sustancialmente' los intereses que se destinan a la carga financiera -de 327 millones de euros a 263- y se incrementa, también 'sustancialmente', la amortización de deuda pública, que pasa de 16 millones de euros a 125, dentro del 'claro compromiso de ir paulatinamente reduciendo el endeudamiento', mientras que la emisión pasa de 16 a 99 millones. De esta forma, la Generalitat consigue, efectivamente, una reducción de la deuda de unos 26 millones de euros. Sin embargo, dado que el recurso al crédito de las empresas públicas asciende a 527 millones -y no a los 195 que citó Rambla-, lo más probable es que al final suceda lo contrario: que la deuda siga creciendo.

En una primera valoración del proyecto presupuestario, la diputada socialista Cristina Moreno señaló que se trata de un presupuesto 'superoptimista', que prevé 'mucho ingreso' sin que se tenga la seguridad de obtenerlo finalmente, y que aprovecha las novedades del euro y del sistema de financiación para 'maquillar más que nunca' la realidad.

Cifras mutantes

Los números presentados ayer por el consejero de Economía, Vicente Rambla, presentaron dos novedades: una estructural (la conversión de pesetas a euros) y otra coyuntural (el cambio de programas de unos departamentos del Consell a otros y el uso de nuevas denominaciones como Innovación y Competitividad, que acaba con la clásica Consejería de Industria, Comercio y Turismo). Dos novedades que dificultan el seguimiento de las políticas presupuestarias de determinadas partidas y, por tanto, el contraste de los discursos políticos del Gobierno valenciano con su gestión. A estas dos novedades se sumó una tercera, que parece estable pero no definitiva: la entrada en vigor del nuevo sistema de financiación autonómica, que altera sustancialmente el cuadro de ingresos. Este factor se basa fundamentalmente en las previsiones del Consell, que hasta ahora no ha dispuesto de participación en los impuestos indirectos y especiales. Una situación que hace difícil establecer una comparación con otros ejercicios anteriores. Junto a estas innovaciones, que convierten el presupuesto de la Generalitat de 2002 en unas auténticas cuentas mutantes, hay que añadir también la falta de algunos parámetros que sólo se distribuyeron a última hora de la tarde.

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