Rencor con Marruecos

La llamada a consulta del embajador de Marruecos es un gesto de fuerza hacia un Gobierno al que le gusta jugar con fuego. Ya no hay nada entre el Gobierno Aznar y Marruecos. Harto de las incesantes e inamistosas tomas de posición de la diplomacia española como represalia a la no renovación del acuerdo pesquero, el Reino ha llamado a consulta a su embajador. Sin precedentes en la historia reciente de los dos países (...), este gesto recuerda que las relaciones bilaterales ya no son tan serenas como quisiera la tradición de amistad y buena vecindad marcadas con anterioridad. De hecho, estas relaciones registraron sus primeros avatares tras las declaraciones del jefe del Gobierno español al calificar de 'inaceptable' la posición de Marruecos tras fracasar las negociaciones pesqueras. Aznar aseguró entonces que la actitud de Marruecos no dejaría de tener consecuencias sobre las relaciones (...). Aunque su ministro de Asuntos Exteriores desmintió esas palabras, el Gobierno español reincidió más tarde, tomando como pretexto la agravación de la emigración clandestina hacia sus costas, para una guerra sin cuartel contra Marruecos. (...) De hecho, es en el rencor tenaz de Madrid (...) donde se tiene que buscar la única explicación para el continuo baile de dudas en el que se resume hoy la diplomacia española hacia Marruecos. Es uno de los raros casos en el que el rencor hacia un país por un asunto económico se erige como línea de política exterior. No es la primera manifestación de mala voluntad del Gobierno español en este contexto.

Ahmed Chater

Casablanca, 30 de octubre