Las mujeres de Goya se citan en el Prado

El Museo del Prado rompe el esquema de su colección permanente para reunir 85 pinturas y 34 obras sobre papel de Francisco de Goya (Fuendetodos, 1746-Burdeos, 1828) que reflejan su imagen de la mujer. La reina Sofía, presidenta de honor de la Fundación Amigos del Museo del Prado -que ha organizado esta cita goyesca al cumplir sus 20 años de actividades-, inaugura esta tarde la exposición. Entre los préstamos, destacan los cinco cuadros de la National Gallery de Washington, donde una versión del montaje se verá del 10 de marzo al 2 de junio de 2002.

Las Majas de Goya se separan. La desnuda forma parte de la exposición Goya. La imagen de la mujer, que se presenta hoy en la planta primera del Prado, y la vestida cambia de sala para situarse entre los cartones para tapices, en la segunda planta del museo. La muestra, patrocinada por la Fundación Caja Madrid, estará abierta desde mañana y hasta el 10 de febrero. El comisario es Francisco Calvo Serraller, catedrático, académico y crítico, y cuenta con un comité científico formado por Nigel Glendinning, Manuela Mena y José Milicua.

El recorrido vertical de Goya en el Prado se mantiene, pero la exposición se concentra en la sala de exposiciones temporales y en las dedicadas a las pinturas negras, a partir de la rotonda con La familia de Carlos IV y los bocetos, que ahora se completa con los lienzos del 2 de mayo y el 3 de mayo de 1808, en cuyo lugar habitual se sitúa ahora el material sensible de dibujos y grabados.

Las 119 obras de la exposición, con la base de los fondos del Prado, proceden de museos e instituciones públicas de España (13), Europa (6) y Estados Unidos (7), además de colecciones particulares. El montaje, diseñado por Juan Ariño, reparte las imágenes femeninas de Goya en cinco capítulos: Sucesos, lances, labores y costumbres; Intimidades; Alegorías sacras y profanas; Retratos, y Embrujos y conjuros.

'Son las luces y sombras de Goya, de sus retratos luminosos a las pinturas negras, como la propia vida del pintor', afirma Francisco Calvo Serraller. Considera que se ha logrado un recorrido racional y grato por un montaje 'bien graduado'.

El origen de la exposición está en el 20º aniversario de la Fundación Amigos del Museo del Prado, que en varias ocasiones ha vuelto a Goya en sus programas y publicaciones. El tema propuesto, la imagen de la mujer en Goya, parece evidente en la producción del artista pero nunca se había tratado en una exposición. En 200 años de estudios goyescos aparece en alguna tesis doctoral desde la nueva historiografía feminista y en planteamientos generales sobre la mujer en el arte. 'En el siglo XVIII es importante el tema de la mujer y la igualdad de sexos. El Goya ilustrado, desde el punto de vista artístico, es una persona sensible al tema femenino', comenta el comisario.

Sensibilidad

La exposición revela la complejidad y los múltiples aspectos de la relación entre Goya y las mujeres. En el montaje aparecen aquellas con las que mantuvo relaciones eróticas, como la duquesa de Alba; la intimidad, en retratos de diveras etapas (duquesa de Osuna, condesa de Chinchón); los personajes populares que ve en la calle y los símbolos en las alegorías. 'Aborda el tema desde la tradición pero con muchas novedades. Goya se muestra superdotado como retratista femenino, con una especial capacidad psicológica para penetrar en los personajes y en los detalles de sensibilidad. En las pinturas negras entra en un submundo de pesadilla. Goya introduce el tema de la mujer y los niños en la pintura, con unas posiciones muy propias del siglo XVIII'.

El director del Prado, Fernando Checa, considera que es una exposición atractiva por el tema de la mujer, que en la actualidad coincide con otras propuestas sobre las mujeres de Rembrandt y la mujer en el Renacimiento. 'El XVIII es el momento más importante en la iconografía de la mujer en el arte, al integrarse en la vida social y cultural. Otro aspecto a destacar es el tema de la sensibilidad, de lo natural, y su reflejo en la naturaleza y el paisaje, como ocurre en el retrato de la marquesa de Pontejos'.

Checa destaca que el montaje refleja también 'los registros estilísticos que Goya emplea con mucha maestría', al utilizar una gran variedad de recursos en todas sus épocas, desde la estética del rococó en los cartones a los retratos neoclásicos y las escenas románticas de la serie del marqués de la Romana, que se suman dentro del propio estilo del pintor.