El negocio también está en el viento
La Generalitat dirige las alianzas con grandes eléctricas para optar al plan eólico
Bob Dylan sugería que las grandes respuestas flotan en el viento. Más prosaicos, los grandes patronos valencianos han sabido detectar que el viento entraña, además, un gran negocio. Un repaso a las alianzas constituidas para optar a las concesiones de explotación de energía eólica en la Comunidad Valenciana, que deben formalizar sus apuestas la próxima semana, permite localizar a la inmensa mayoría de los patronos que cultivan buenas relaciones con el poder político.
La explotación del viento exige una inversión inicial potente y alta capacidad tecnológica. Grandes empresas del sector eléctrico esperan sacar tajada del negocio. Pero entre las condiciones no escritas para optar en condiciones de ventaja a las concesiones administrativas se cuenta la alianza con grupos valencianos.
Enron, por ejemplo, un gigante estadounidense de la energía que es líder en el mercado americano de la aerogeneración, consideró el plan eólico como una magnífica oportunidad para abrir una cuña en Europa, en la costa mediterránea, una zona claramente deficitaria en producción energética y con perspectivas de crecimiento.
La vocación inicial del gigante estadounidense de promover sus propios parques eólicos tropezó con las previsiones de la Administración autonómica, que ha orquestado un reparto entre varios tríos de empresas eléctricas, proveedores de tecnología y dignos representantes de 'los que son'.
Enron opta finalmente al plan eólico en una alianza con Hidrocantábrico, a través de su filial Sinae, y Energía y Desarrollo Sostenible (EDS), una sociedad anónima constituida hace poco más de un año que agrupa a representantes del Banco de Valencia con constructoras como Pavasal, de la familia Quesada; Cyes, de Felipe Almenar; o, Romymar, de Ramón Romero, hoy en desgracia al ser mencionada por el ex alcalde socialista de Alaquàs en una denuncia interna del partido contra Joan Ignasi Pla.
EDS incluye también a Gesfesa, de Rafael Ferrando; Vareser 96, de Juan Arizo, que tuvo que liquidar la constructora Firmecivil; o, Invicid, de la familia Noguera. El vicepresidente de EDS es Juan Carlos Zafrilla, que fuera alto cargo de Bancaixa y hoy trabaja con el arquitecto y promotor Enrique Roig.
Otros gigantes también han jugado sus bazas para arañar parte del negocio. Iberdrola partía en posición de ventaja: disfruta en solitario del negocio de distribución eléctrica en territorio valenciano y su cooperación para establecer las zonas aptas para ubicar parques eólicos ha sido decisiva. Las líneas de evacuación de la energía producida por los molinos son esenciales para establecer las zonas adecuadas. Iberdrola se apresuró a establecer contactos con un grupo de azulejeros de Castellón. Hace tres años constituyó Energías Eólicas de la Comunidad Valenciana en alianza con Fernando Roig, propietario de Pamesa, y Carlos Molina, vinculado a los proyectos de cogeneración desarrollados por sociedades azulejeras como Zirconio, Azuvi o Italcerámica.
Energías Eólicas Europeas lidera una segunda alianza con el mismo grupo de azulejeros en la sociedad Enermed (Energías Renovables del Mediterráneo). Iberdrola participa en la sociedad a través de Energía Hidroeléctrica de Navarra, la empresa con mayor implantación en el sector de la explotación de energía eólica.
Gamesa, el mayor productor de aerogeneradores en España, anunció la semana pasada su opción para obtener licencia de explotación en territorio valenciano en alianza con una filial del Grupo Dragados y con Bancaixa. Gamesa cumple el requisito de vinculación al territorio valenciano puesto que el Grupo Nefinsa, de la familia Serratosa, es titular de una importante participación en la sociedad. Los accionistas mayoritarios de Gamesa son el Banco Bilbao y Vizcaya y, ¡oh, sorpresa!, Iberdrola.
Endesa también aspira a sacar beneficio de los vientos que soplan en territorio valenciano. El gigante eléctrico español se ha arrimado a un socio local de primer orden, Vicente Cotino, presidente de Sedesa.
Manises Diesel
Unión Fenosa, cuya pugna con Iberdrola para lograr la autorización para instalar una planta regasificadora en tierras valencianas resulta tan molesta a la Administración autonómica, ha optado por contribuir a la salvación de la factoria de Manises Diesel como mérito añadido a su oferta, otras de las cláusulas no escritas en el concurso para obtener las licencias de explotación previstas en el plan eólico. Los componentes de los parques que pueda explotar Unión Fenosa se producirán en Manises, donde se fabricarán las piezas con licencia de Neg Micon, un productor danés.
El reparto está tan calibrado que algunos aspirantes ya han procedido a la compra o reserva de terrenos a su favor, para evitar futuros problemas a la hora de instalar sus molinos.
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