El Sínodo de Obispos afirma que el terrorismo es 'injustificable'
El Vaticano busca el equilibrio entre las distintas sensibilidades ante la crisis mundial
La voz del Sínodo de Obispos, la asamblea que ha reunido en Roma entre el 30 de septiembre y hoy a unos 280 prelados de la Iglesia católica de todo el mundo, se alzó ayer para condenar 'de modo absoluto' el terrorismo: el que causó la catástrofe del 11 de septiembre y el terrorismo en general, porque 'de ninguna manera puede ser justificado', según se afirma en el documento conclusivo de la asamblea.
Las conclusiones del Sínodo contrastan con la posición del ex obispo de San Sebastián José María Setién, quien recientemente declaró 'discutible' la afirmación del presidente del Gobierno español, José María Aznar, de que 'todos los terrorismos son iguales'. Con su rotunda condena al terrorismo, sin mencionar la respuesta militar de EE UU en Afganistán, el Sínodo se alinea con una parte de la jerarquía católica que, como el cardenal de Nueva York, Edward Egan, y en general la Conferencia Episcopal estadounidense, considera legítima una respuesta violenta al terrorismo, siempre que 'no se golpee a inocentes'.
Esa posición coincide básicamente con la de la diplomacia vaticana expresada por el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, durante el reciente viaje del Papa a Kazajistán y Armenia. Refiriéndose a la posición del presidente George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre, Navarro reconoció que le asistía el derecho 'de aplicar la legítima defensa en nombre de la sociedad que dirige', incluso 'si los métodos que uno elige llegan a ser agresivos. A veces es más prudente actuar que ser pasivo', añadió. Una posición en las antípodas de la mantenida por el papa Juan Pablo II, que durante el viaje hizo hincapié en la necesidad de preservar la paz.
La crisis internacional plantea serias dificultades a la Santa Sede, guía moral para los mil millones de católicos que hay en el mundo. En tanto que Gobierno de la Iglesia, su posición oficial al respecto debe ser el resultado de un complejo equilibrio entre las diferentes visiones del mundo que la integran.
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