Almudena Grandes invita al 'festín' de las memorias de Caballero Bonald
Fue una noche de memorias, en la que escritores de la generación del 50 recordaron con otros más jóvenes cómo había sido el tiempo que José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926) rememora en La costumbre de vivir (Alfaguara). Entre los que intervinieron, en una fiesta celebrada el pasado lunes en un café de artistas de Madrid, Almudena Grandes utilizó una denominación para resumir su lectura de ese volumen del escritor y poeta jerezano: 'Es un festín'. Los demás utilizaron su adjetivo para seguir hablando de La costumbre de vivir.
Entre los asistentes estaban Rosa Regás, la flamante premio Planeta, y el poeta Ángel González, que, como Rosa Regás, cubre amplias páginas de estas memorias de Caballero. Y allí estaba también Antonio Gades, otro protagonista de La costumbre de vivir, como los editores Chus Visor o Pepe Esteban, además de los narradores Javier Alfaya, Eduardo Mendicutti y Félix Romeo, junto al periodista Pedro Altares y el pintor José Luis Fajardo.
En el turno de intervenciones se combinó la lectura de poemas de Caballero (a cargo de Miguel Munárriz) con las intervenciones de amigos del escritor. Josefina Aldecoa le recordó como uno de los niños de la guerra, siempre elegante y retraído, caballeroso, lleno de la dignidad del tiempo, y confesó que ese mismo día le había comentado a Rafael Azcona 'cuántas cosas hubiéramos olvidado si Caballero no hubiera escrito estas memorias'. Fernando Delgado dijo: 'Caballero Bonald gusta más de exagerar con el humor las adversidades, las pequeñas cobardías o las torpezas, cuando se retrata con elegancia como perdedor, pero sin patetismos ni quejas, más bien con risas'.
Los dos andaluces
Benjamín Prado explicó que estas memorias de Caballero 'están llenas de historias muy pequeñas sobre las que el autor ha instalado una mirilla que permite no sólo ver la Historia con mayúscula desde la que se ve la verdadera perspectiva del tiempo que vivió, sino el lugar que ocupan en el mundo los escritores de los que habla. Alberti decía que en Pepe están los dos andaluces, el serio y el divertido. Y los dos están en La costumbre de vivir.
Fue Almudena Grandes la que abrió el fuego de las intervenciones, y a ella se debe la definición más repetida de la noche. Dijo la autora de Malena tiene nombre de tango: 'Lo que destaca por encima de todo en la obra de Caballero Bonald es su capacidad manipuladora de la memoria, lo que convierte esta autobiografía en un ejercicio literario de primer orden. En un festín'.
Caballero Bonald cuenta en este libro que él era un hombre que miraba y recordaba. Después de mirar a sus predecesores, fue muy escueto: 'Se han excedido. Todo lo que sé está en el libro, que he escrito combinando la realidad con la invención. Mientras escribía he tenido muy en cuenta la eficacia curativa de la memoria y hoy puedo decir que he escrito para curarme en salud'.
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