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La enuresis infantil siempre tiene causa orgánica, pero suele desaparecer alrededor de los 12 años

Contrariamente a la creencia generalizada de que la enuresis infantil (escape involuntario de orina durante el sueño) tiene un origen psicológico, los últimos conocimientos en urología apuntan claramente hacia causas orgánicas. De acuerdo con Óscar Leiva, presidente de la Asociación Española de Urología (AEU) y jefe de esta especialidad en el hospital Doce de Octubre de Madrid, esta forma de incontinencia urinaria, que es la más frecuente en la edad pediátrica, tiene tres causas principales.

'Una es genética', explica, 'por la que se halla una alteración en el brazo corto del cromosoma 13 y en cuyo caso suele haber antecedentes familiares. La otra es hormonal, pues la hipófisis, que es una glándula endocrina alojada en la base del cerebro, segrega menor cantidad de la hormona antidiurética durante la noche, fenómeno que se rige según los ritmos circadianos de sueño y vigilia; de este modo, la vejiga del niño acumula más orina mientras duerme y, al no actuar correctamente la hormona antidiurética, el pequeño no puede controlar la micción'.

La tercera causa, a juicio de este experto, es una inmadurez del sistema nervioso central, responsable del control de la micción, por la que éste no actúa convenientemente y no evita los escapes de orina nocturnos. Óscar Leiva explica que la enuresis infantil siempre se produce durante la noche, momento en el que la hipófisis secreta más cantidad de hormona antidiurética en las personas sin este problema. 'Por ello', indica, 'es muy raro que estos niños mojen la cama cuando duermen la siesta'.

Los factores psicológicos pueden actuar como desencadenantes de la aparición de la enuresis o de nuevos episodios que se presentan tras periodos libres de este tipo de incontinencia urinaria. La ida al colegio, la llegada de un nuevo hermano a casa y cualquier situación que produzca desasosiego, nerviosismo e inquietud en el niño contribuyen al debut o a las recidivas (recaídas) de este proceso cuando se da la base orgánica del trastorno.

Función normalizada

'Con independecia de la causa, la gran mayoría de las enuresis suelen desaparecer espontáneamente cuando el niño llega a la edad aproximada de doce años, porque con el desarrollo se va normalizando la función alterada de la micción', dice Jesús María Salinas Casado, jefe de urología del hospital Clínico San Carlos de Madrid.

Para este especialista, es muy importante que los padres no reprendan al niño ni lo hagan objeto de risas ante otros amigos, puesto que se trata de un trastorno involuntario, que escapa a su control.

'Muchos de estos chicos', dice, 'se acomplejan y no desarrollan las mismas actividades que el resto de sus compañeros. Se retraen totalmente al ir de campamento o quedarse a dormir en casa de un amigo o familiar. Si no encuentran comprensión en los padres y su entorno, la enuresis puede dañar seriamente su autoestima, al sentirse avergonzados y diferentes de los demás niños'.

A juicio de Salinas, el niño suele adquirir el control voluntario de la micción nocturna hacia los cuatro años: 'Es conveniente consultar al pediatra o al urólogo cuando el pequeño sigue mojando la cama cada noche a medida que va cumpliendo años. Actualmente, existen unos tratamientos sencillos y eficaces. En el caso de la enuresis por baja segregación de la hormona antidiurética, la administración inhalada de esta hormona, que es inocua, alcanza unos excelentes grados de efectividad'.

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