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'Nadie tendrá paz hasta que haya un Estado palestino'

Estados Unidos y la Unión Europa deben presionar a Israel para que se siente a negociar el nacimiento de un Estado palestino, dice Ahmed Maher, ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, el país árabe más poblado y el de mayor importancia estratégica. Ése es el mensaje que hoy le transmitirá Hosni Mubarak a Javier Solana, el representante de la política exterior europea. Pese a que desde hace 20 años libra una guerra feroz contra el terrorismo islamista, el régimen de Mubarak no se ha sumado militarmente a la coalición contra Osama Bin Laden y los talibanes liderada por EE UU. La campaña en Afganistán, según Maher, debería haber sido emprendida 'en el marco de la ONU', pero ahora que está en marcha debe terminar pronto. Maher, de 66 años, fue embajador en Washington durante los dos mandatos presidenciales de Bill Clinton y asumió el pasado mayo la jefatura de la diplomacia egipcia que ejercía Amr Musa, hoy secretario general de la Liga Árabe.

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Pregunta. Desde el 11 de septiembre, Mubarak dice que, además del combate directo contra los terroristas que enarbolan la bandera de la yihad, hay que resolver problemas muy graves vinculados a ese fenómeno, y cita en primer lugar el palestino. ¿Cree el Gobierno egipcio que ni Oriente Próximo ni nadie tendrá paz hasta que se resuelva el drama palestino?

Respuesta. En el siglo XXI, después de 50 años de descolonización y ejercicio del derecho de los pueblos a la autodeterminación, el problema palestino es anacrónico. Los árabes hemos aceptado la existencia de Israel, pero Israel no reconoce los derechos de los palestinos. Aún más, Sharon ha lanzado una política de agresión que es un peligro para todo el mundo. A un pueblo que lucha por su independencia se le está llevando a una desesperación y frustración terribles, lo que hace que haya gente dispuesta a morir luchando contra los israelíes o incluso practicando el terrorismo fuera de sus territorios. Nadie tendrá paz ni seguridad hasta que se haya resuelto ese problema con la creación de un verdadero Estado palestino, con Jerusalén Este como capital.

P. ¿Eso es lo que le dice usted a Colin Powell?

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R. Sí. Desde la Conferencia de Madrid se han hecho muchos esfuerzos para resolver el problema, pero los israelíes siempre han dado marcha atrás cuando tenían que enfrentarse a la aceptación de un Estado palestino. Ha llegado la hora de que lo acepten.P. Egipto, que fue el primer país árabe en firmar la paz con Israel, retiró hace meses su embajador en Tel Aviv. Imagino que no tienen intención de enviarlo de nuevo en estos momentos.

R. Retiramos a nuestro embajador para expresar nuestro desacuerdo y nuestra condena con la política agresiva de Israel. Y no regresará hasta que Israel no le ponga fin y acepte reanudar el proceso de paz.

P. Tras el 11 de septiembre, George W. Bush se declaró por primera vez a favor de un Estado palestino y, la pasada semana, Tony Blair recibió a Yasir Arafat en Londres. Parecía que algo se movía, pero entonces vino el asesinato del ministro israelí de Turismo.

R. Sí, pero ¿quién comenzó la política de asesinatos individuales? Fue Israel, en contra de cualquier filosofía jurídica y de los mismos valores occidentales. Los asesinatos practicados en los últimos meses por el Ejército y los servicios de inteligencia israelíes son horribles. Así que como toda acción provoca una reacción, cabía esperar algo como el asesinato del ministro israelí. Nosotros lo condenamos pero también decimos que Israel sentó el mal ejemplo. Y sigue dándolo: este fin de semana sus soldados mataron a una niña palestina en su escuela. Sharon está desafiando abiertamente a EE UU, a Europa, a todo Occidente.

P. ¿Qué debería hacer Washington?

R. Convencer a Sharon de que tiene que detener su agresión y negociar. Aunque Sharon haya intentado hacer una amalgama entre Arafat y Bin Laden, Bush ha comprendido que Arafat representa un movimiento de liberación nacional. EE UU tiene medios vigorosos para convencer a Sharon. Debe hacerle comprender que está aislado, que no tiene impunidad.

P. Mubarak y usted se entrevistan hoy con Javier Solana. ¿Qué espera el Gobierno egipcio de la Unión Europea en esta crisis?

R. Europa tiene un peso moral y un peso económico muy grandes, y tiene que utilizarlos para hacer entrar en razón a Sharon. Europa tiene que emplear el arma económica. Ya hay el precedente de que Europa se niega a aceptar productos de las colonias israelíes en los territorios ocupados.

P. A diferencia de la guerra contra Irak de hace 10 años, Egipto no se ha sumado ahora militarmente a la coalición liderada por EE UU. ¿Cuál es la explicación?

R. Cuando Irak invadió Kuwait estábamos obligados a intervenir militarmente en función al pacto de defensa mutua entre los países árabes. Ahora la situación es diferente. Aparte de los militares, hay otros medios para combatir el terrorismo y son los que nosotros estamos empleando. También pensamos que la intervención en Afganistán tendría que estar dirigida sólo contra los culpables y en el marco de Naciones Unidas. Y también pensamos que EE UU no debe hacer lo que piden ciertos círculos de su extrema derecha y aprovechar esta ocasión para arreglar las cuentas con todo el mundo. Un ataque contra un país árabe sería muy grave, tendría muy malas repercusiones. Pero tenemos razones para pensar que EE UU no contempla extender su acción militar fuera de Afganistán.

P. ¿Comparte usted la idea de que EE UU debería terminar en Afganistán antes del comienzo del Ramadán, a mediados del mes próximo, para evitar una explosión de cólera en el mundo musulmán?

R. No quiero dar consejo a los americanos. Pero este tipo de operación militar cuando dura demasiado crea oposiciones directas.

P. Egipto acusa a algunos países occidentales, como EE UU, Reino Unido y Alemania, de haber sido blandos antes del 11 de septiembre con islamistas egipcios refugiados en sus territorios.

R. El problema no es de blandura o dureza, es que hay gente acusada de haber cometidos crímenes terroristas en Egipto que ha sido aceptada en esos países en función del asilo político. Y esa gente ha seguido conspirando contra Egipto y contra los mismos países occidentales que les albergaban. Fíjese en el jeque Omar Abdel Rahman, que fue acogido en EE UU y que organizó el primer atentado contra las Torres Gemelas.

P. Ayman Al Zawahri y otros seis egipcios están ahora en la lista negra del FBI. ¿Es que este país es fértil en ese tipo de islamistas?

R. Eso no quiere decir nada. Cada cual puede hacer su lista. Nosotros también podemos hacer una lista poniendo a McVeight [el norteamericano ejecutado por el atentado de Oklahoma] y otros célebres delincuentes terroristas norteamericanos. Hay criminales en todos los países y todas las religiones. Ustedes, en España, también tienen a los de ETA y en el Reino Unido a los del IRA. Publicar ese tipo de listas da impresiones falsas, es una locura.

P. Se habla del choque de civilizaciones, de un conflicto entre Occidente y el mundo árabe y musulmán. ¿Qué habría que hacer para evitar esa perspectiva atroz?

R. Esa idea es muy norteamericana, pero nosotros, la gente del Mediterráneo, no la comprendemos. Siempre hemos tenido un diálogo y una mezcla de civilizaciones en el Mediterráneo, en Egipto igual que en España. Esa idea del choque implica que una civilización es superior y va a ganar, pero nosotros no lo creemos así, vivimos la vida de un modo muy diferente. Estamos a favor del diálogo de culturas y religiones.

Ahmed Maher, ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, en su despacho de El Cairo en mayo.
Ahmed Maher, ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, en su despacho de El Cairo en mayo.ASSOCIATED PRESS

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