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Expertos sugieren reciclar a los pescadores parados en la acuicultura y el turismo

La UE avala el informe de los especialistas

La acuicultura, la confección de conservas de pescado de alta calidad y el turismo alternativo: estas actividades deberían absorber el excedente de mano de obra derivado de la reconversión del sector pesquero en Andalucía. Lo dice un informe avalado por la Unión Europea y realizado por técnicos irlandeses, italianos, portugueses y españoles, que se presentó en Córdoba con ocasión de la III Muestra de Profesiones y Empleos de Andalucía.

El documento, titulado Tierras de mar, defiende la necesidad de mejorar la formación de los trabajadores y de mantener a la población arraigada en su área de origen, diversificando sus ocupaciones, pero procurando que retengan la relación con la pesca.

La reacción de los pescadores andaluces ante la inactividad que causa la reconversión, explica el informe, varía en función de su edad. Los más jóvenes, por debajo de los 25 años y con un nivel formativo bajo, se desplazan a otros sectores, como la hostelería o la construcción.

Los mayores, pasada ya la barrera de los 55, se acogen a la jubilación anticipada. Y la población intermedia, entre los 25 y los 55, en paro forzoso y sin cualificación profesional, vive gracias a las subvenciones por desempleo.

El documento propone reciclar esta mano de obra en sectores emergentes como la acuicultura. En Andalucía se producen con éxito doradas y lubinas, y podría ampliarse la lista de cultivos marinos para incluir moluscos, crustáceos e incluso algas.

El problema es que esta actividad requiere trabajadores cualificados. Por eso, los autores del informe advierten de que los aspirantes a estos empleos deberían realizar cursos de un mínimo de 240 horas.

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Las industrias conserveras y transformadoras son otra opción de interés. Según el documento, la mayoría de las empresas que se dedican a esto en Andalucía son pequeñas, familiares y artesanales, de producción poco cuantiosa.

La idea es, pues, potenciar la calidad, siguiendo la línea de las conservas de melva y de caballa, que cuentan con una denominación de origen propia. El informe ve posibles yacimientos de empleo en el campo de las delicias gastronómicas, cuya demanda, afirma, aumenta cada día.

El turismo también ofrece alternativas. Desde restaurantes que cocinen productos pesqueros de la zona, pasando por alojamientos típicos en casas tradicionales cerca del mar, hasta barcos, rehabilitados y acondicionados para convertirse en museos, bares de copas o buques-escuela. Los autores del documento sugieren también que se realicen cruceros por la costa, mostrando a los visitantes cómo se pescaba antes. Y que los puertos sirvan de plataforma para la pesca deportiva, el submarinismo o el remo.

Todo esto, especifica el estudio, 'bajo la bandera de la reducción del esfuerzo pesquero, la protección del medio ambiente y el aprovechamiento del patrimonio histórico, cultural y natural' de las zonas en cuestión.

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