España aprueba planes de emergencia ante ataques bacteriológicos, químicos y nucleares
El Gabinete de Crisis planea la respuesta frente a hipotéticos atentados suicidas
El Comité Nacional de Planes Civiles de Emergencia, dependiente del Gabinete de Crisis del Gobierno español, conoció ayer los nuevos planes de emergencia frente a riesgos nucleares, químicos y bacteriológicos. Tal como recomienda la Unión Europea a raíz de los atentados del 11 de septiembre, la Dirección de Protección Civil ha actualizado sus planes de emergencia nuclear y química, mientras que ha elaborado un plan frente a ataques biológicos, que hasta ahora no existía en España por no considerarse necesario. Todos incorporan la hipótesis de un atentado terrorista de carácter suicida.
El director general de Protección Civil, Juan San Nicolás, adelantó el lunes el contenido de estos planes a los responsables de las 15 comunidades autónomas -todas menos Castilla y León, Castilla-La Mancha, Ceuta y Murcia- representadas en la Comisión Permanente de Protección Civil, con las que volverá a contactar en los próximos días para debatir su aplicación. De hecho, cada plan incluye un catálogo de recursos, no sólo de la Administración central -Interior, Defensa y Sanidad, fundamental-mente- sino también de las autonomías y ayuntamientos.
Al contrario que otros planes de protección civil, la responsabilidad ante estas emergencias corresponde en exclusiva al Estado, que se coordinaría con las administraciones autonómicas y locales a través de los Cecopi (Centros de Coordinación Operativa Integrados) en las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno.
San Nicolás insiste en que, según los datos de los servicios de información, 'España no es hoy por hoy objetivo' del terrorismo integrista, pero debe estar preparada para cualquier eventualidad. El envío de cartas con esporas de antrax (carbunco) no sería a su juicio la hipótesis más peligrosa, aunque provoque una gran alarma social, 'que es lo que buscan sus autores'.
Al tratarse de una enfermedad no contagiosa ni epidémica, su efecto sobre el conjunto de la población será forzosamente limitado y la agresión puede atajarse no abriendo los sobres sospechosos. 'Lo que ha asomado es la punta de un iceberg al que tendremos que enfrentarnos en los próximos años', advierte.
Los responsables de la UE y los de los países candidatos al ingreso, reunidos la pasada semana en Bélgica, acordaron reforzar la Oficina de Protección Civil Europea con la incorporación de representantes nacionales, establecer una red de comunicación segura entre todos ellos, crear un grupo de expertos activado 24 horas al día para atender cualquier demanda y centralizar en un banco de datos los recursos de cada país en materia de vacunas, antídotos, antibióticos y disponibilidad de camas hospitalarias para tratamientos especiales.
San Nicolás considera que la clave de la respuesta está en la 'alerta temprana': conocer, a través de los servicios de inteligencia, el tipo de agresión más probable. Si ello no es posible, son los servicios de salud de cada país los encargados de avisar lo más pronto posible de cualquier caso sospechoso, lo que requiere que tengan información completa y fiable.
San Nicolás asegura que, en caso necesario, 'mediante sus propios stocks o en concertación con otros países', España tendría medicamentos suficientes, por lo que no hay riesgo de desabastecimiento. Fuentes de Defensa agregan que, en un supuesto de emergencia, las farmacias militares podrían fabricar genéricos si los laboratorios privados se vieran desbordados por la demanda.
Respecto a los sistemas de detección de agresivos químicos, el director de Protección Civil también cree que son 'globalmente suficientes' los equipos con los que cuentan las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad del Estado, a los que hay que sumar los servicios de bomberos de ayuntamientos como Madrid y Barcelona y comunidades autónomas como Cataluña. No obstante, siguiendo también las recomendaciones de la UE, Protección Civil pondrá en marcha cursos de formación para incrementar el personal cualificado.
San Nicolás considera 'respetable, pero carente de utilidad' la compra de mascarillas por parte de los ciudadanos, ya que 'habría que saber el tipo de agresivo para colocar el filtro adecuado, a menos que se pretenda llevar siempre una botella de oxígeno'.
En cambio, sí cree que el personal que intervenga ante una emergencia debe hacerlo debidamente protegido y no actuar antes de que un análisis revele el tipo de riesgo. 'Hay que trabajar', concluye, 'a corto, medio y largo plazo, porque este problema no se va a solucionar mañana'.
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