El terrorismo alcanza el arte
Elena del Rivero presenta en San Sebastián la exposición 'Swi:t home', menguada por el ataque a las Torres Gemelas
Elena del Rivero no se limita a describir su obra expuesta en la Galería DV de San Sebastián (San Martín, 5). Habla también de la que tenía asignada una pared en la sala y, al menos, por el momento, no podrá verse. Se perdió el 11 de septiembre en el ataque terrorista al World Trade Center. Porque la artista valenciana, afincada desde hace doce años en Nueva York, tiene su estudio-vivienda en Cedar Street, a 75 metros de las Torres Gemelas, en un edificio gravemente dañado por el atentado. El atentado, que le sorprendió en Madrid, dejó sus obras destrozadas bajo los escombros de los edificios.
De momento sólo conoce el alcance de los daños por lo que le ha contado su marido, Kyle Brooks. Y por las fotografías que le ha enviado. Pero sabe que serán cuantiosos. Porque Elena del Rivero utiliza sobre todo materiales frágiles para dar forma a su obra: papel, telas, trapos de cocina gigantes... Fundamentalmente porque busca 'elevar a arte lo considerado como artes manuales', pero también porque convierte lo doméstico en el eje de sus piezas. 'Trabajo y rutina diaria se entremezclan en mi obra como si fueran una única cosa', dice. 'He encontrado en el papel el medio perfecto para recrear la fragilidad de la vida. No enlaza con grandes narrativas; connota lo doméstico'. Incluso en el título de la muestra: Swi:t Home, juego fonético que en inglés puede adquirir dos significados: serie (suite) y dulce (sweet) hogar.
'Trabajo y rutina diaria se entremezclan en mi obra como si fueran una única cosa'
La teoría de Elena del Rivero se hace realidad en esta exposición. Muestra Heridas, una serie de cinco piezas realizadas en un papel fabricado expresamente para ella. La artista destrozó los papiros, con su marca de agua, y posteriormente los remendó con aguja e hilo, seda natural de colores e impresiones realizadas con sus propias manos. Expresa así la idea de las heridas que van marcando las vidas.
Frente a esas piezas, tres lienzos coloristas, realizados con una base de pintura y abundantes lacas y transparencias, en homenaje a Diderot, Mozart y la Ruta 66 estadounidense. Y al fondo de la sala, una pequeña instalación sobre los agujeros celestes construida con perlas y lentejuelas. Elena del Rivero se ha visto obligada a improvisar en parte el contenido de la exposición. Ha tenido que sustituir una de sus piezas perdidas por Carta a la madre, obra fabricada con perlas directamente sobre la pared. Y ya ha asumido que tendrá que dejar su actividad creativa durante un año para restaurar algunas de sus obras dañadas en Nueva York.
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