Necesidad de alzar la voz

EE UU y sus aliados están en lo cierto al asegurar que su lucha contra Osama Bin Landen y sus partidarios no es una guerra contra el islam. Deben insistir en esa afirmación, no sólo porque (...) la lucha será mucho más difícil de ganar sin el apoyo de los musulmanes moderados, sino también porque es verdad.

Occidente puede vivir en paz con el islam. Lo que no está tan claro es si el islam puede vivir en paz con Occidente. (...)

En el mensaje televisado de Bin Laden emitido esta semana, éste tuvo buen cuidado de relacionar los ataques a EE UU con el apoyo estadounidense a Israel y la presencia militar norteamericana en Arabia Saudí, sin duda tratando de sugerir que, si estos agravios fuesen consentidos, prevalecería la amistad entre el islam y el Gran Satán. (...)

En todo esto, una particular responsabilidad recae sobre los musulmanes de Occidente. Muchos de esos musulmanes, y casi todos sus líderes, han denunciado los atentados del 11 de septiembre con palabras claras. (...) Pero algunos otros, que forman una ruidosa y por tanto audible minoría, continúan hablando por los fundamentalistas. (...)

Es crucial que la moderada mayoría musulmana lamente esas actitudes con contundencia y públicamente repudie a la gente que los apoya. (...) Bin Laden y sus defensores no están defendiendo el islam, están difamándolo. Y sin la tolerancia que los terroristas quieren aplastar no hay esperanza de que ninguna fe florezca en paz en este mundo.

Londres, 12 de octubre