La recesión sacude a la OPEP

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que produce el 40% del crudo del mundo, está entre la espada y la pared. El cartel está viendo como el precio del petróleo cae a un nivel no visto desde abril de 2000 (en torno a los 22 dólares) y escaso es el margen que tiene para frenar y revertir esta tendencia. Desde marzo de 1999, la OPEP ha cerrado o abierto la espita para mantener los precios en una banda entre 22 y 28 dólares por barril. Ahora, en plena crisis económica y en medio de una guerra delicada para la OPEP, puesto que 10 de 11 miembros son en su totalidad o predominantemente Estados musulmanes, su política de recortes parece inviable.

La mayor preocupación de la OPEP es sin duda la debilidad de la economía mundial. La primera consecuencia de la crisis es la caída de la demanda de petróleo, así como del resto de materias primas. En circunstancias normales, la OPEP sólo tendría que ajustar su oferta de crudo a la demanda prevista y ese equilibrio, bastaría en principio para mantener el precio del crudo por encima del objetivo mínimo del cartel de 22 dólares. La OPEP, de hecho, recortó su producción tres veces en lo que va de año, de 26,7 millones de barriles diarios a 23,2, para contrarrestar la caída del consumo.

La guerra ha privado al club de exportadores de su herramienta más eficaz para impulsar el precio del crudo, los recortes de producción

En su última reunión del 27 de septiembre pasado la OPEP estuvo tentada a recortar por cuarta vez su producción. Pero sólo habían pasado 15 días desde los atentados contra Nueva York y Washington y la medida no habría sentado muy bien a EE UU, el mayor importador de crudo del mundo. Hubiese sido como echar más leña al fuego. Así que la OPEP dejó las cosas como estaban.

En la última semana, la cotización de la cesta de los siete tipos de crudos de la OPEP cayó a su nivel más bajo en dos años. Hace más de 15 días que el precio está por debajo de los 22 dólares. El lunes pasado, el mercado petrolero comenzó a especular con que la OPEP se saltaría la diplomacia y cerraría un poco más el grifo petrolero. El mismo día, el secretario general de la organización, el venezolano Alí Rodríguez, negó que se barajara esta posibilidad. Menos de 48 horas después se desdijo. Tras esto, el precio del crudo recuperó algo de terreno, hasta cotizar por encima de los 22 dólares. No avanzó mucho porque el mercado petrolero tiene muchas dudas de que la OPEP vaya a recortar su producción. No sólo por una cuestión política, sino también porque un elevado precio del crudo agudizaría la crisis de la demanda y se volvería contra la propia OPEP.

La próxima reunión de la OPEP en su sede de Viena está prevista para el 14 de noviembre, pero los ministros de todos o alguno de los países tienen previsto encontrarse antes de esa fecha para decidir qué hacer. Hubo un intento fallido de reunirse en Madrid el pasado 7 de octubre. El jueves, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de visita en Europa, adelantó que está previsto que el cartel se reúna en Lisboa el viernes 19 de octubre.

La opción más probable

Los expertos del mercado petrolero especulan que esa reunión tiene como objetivo pactar un nuevo recorte de la extracción o al menos reforzar la cohesión del cartel, bastante dividido en los últimos tiempos, para que se respeten las cuotas asignadas. A finales de septiembre, los miembros de la OPEP produjeron 1,28 millones de barriles diarios por encima del nivel pactado. Añadido a esto, Irak, que aunque es miembro de la OPEP no participa de la toma de decisiones, llegó a producir 2,57 millones de barriles diarios, una cifra superior a la habitual, en las primeras semanas de octubre. Si EE UU extiende sus ataques a Bagdad e interrumpe el flujo de crudo iraquí, la probabilidad de que el precio se dispare hasta rozar los 30 dólares es alta.

Si no media algún otro hecho extraordinario, la opción más clara de los miembros de la OPEP, según los analistas, no está en recortar por cuarta vez en el año la producción sino en cumplir lo que han pactado. El actual grado de incumplimiento es uno de los más altos del último año y la falta de compromiso es el factor que más ha minado la cohesión de la organización en sus 40 años de historia. En el cartel hay miembros, como Kuwait y Arabia Saudí que estarían dispuestos a abandonar momentáneamente la defensa del mínimo de 22 dólares. Otros, como Venezuela, aún creen que hay margen de maniobra como para mantenerlo en ese precio sin perjudicar más la situación de la economía mundial. La OPEP también quiere pactar con los grandes exportadores de fuera del cartel, como Rusia y México, para que se unan a la restricción de producción.