Europa elige otro camino para superar la crisis
Bruselas prefiere mantener la estabilidad fiscal al aumento del gasto público
La Unión Europea mantiene una tesis diferente a la de Estados Unidos a la hora de hacer frente a la crisis que vive la economía mundial. La Administración norteamericana opta por la vía del incremento del gasto para revitalizar el crecimiento. Bruselas, sin embargo, prefiere de momento seguir por la vía de la estabilidad y la consolidación fiscal porque eso le permite unas finanzas públicas saneadas.
En la última reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la UE se dejaron claras dos cosas: la primera es que había que seguir adelante con las políticas actuales para evitar dar una sensación de que la crisis está debilitando los cimientos sobre los que se sustenta la economía europea -saneamiento de las finanzas públicas, inflación baja y reformas estructurales-; la segunda, que se debían coordinar en la medida de lo posible las decisiones que se tomaran en Europea y Estados Unidos para evitar distorsiones que creen más incertidumbre en un clima ya de por sí muy deteriorado.
La UE quiere dejar claro que el impacto económico de los atentados es muy distinto en el Viejo Continente
Sin embargo, la realidad de momento está demostrando que en las dos orillas del Atlántico cada uno actúa por su cuenta para defender sus propios intereses, a pesar de que en la base se compartan unos principios comunes. La sincronización de las economías europeas y estadounidense, según el comisario europeo Pedro Solbes, 'no es necesaria' y puede llegar a tener incluso un efecto contraproducente en algunos sectores. 'Si que creo que tiene un cierto interés la definición de principios', consideró el responsable de Asuntos Económicos de la Comisión.
Las realidades económicas europea y norteamericana son completamente distintas. Pero, a pesar de eso, Estados Unidos está intentando trasladar a la Unión Europea su propio modelo frente a este tipo de crisis coyunturales. Washington cree que es el momento de tener una política fiscal mucho más expansionista, sin preocuparse por el déficit. Bruselas rechaza de lleno esta visión porque considera que esa teoría puede ser válida en la economía estadounidense, pero no se puede trasladar a la Europa.
La UE prefiere seguir de momento el camino que le marca los principios sobre los que se apoya la convergencia económica, es decir, rebajar el déficit y la inflación. La Comisión Europea y el Banco Central Europeo son muy claros en esta cuestión. Y además está la confianza en la contribución del euro en la reactivación de la economía a partir de su puesta en circulación el próximo 1 de enero de 2002.
Pedro Solbes considera que entrar ahora en el debate de si se debe hacer la vista gorda a la hora de exigir el cumplimiento del pacto de estabilidad presupone dos hechos que no son ciertos: que la economía va a peor y que no hay margen de actuación suficiente. Además se quiere dejar claro desde Bruselas que el impacto del atentado en Europa no es comparable al choque que está sufriendo Estados Unidos. El temor es que las autoridades norteamericanas empiecen a adoptar medidas para proteger a su industria y algunos países europeos se vean obligados a reaccionar en contra de lo que se defiende hasta ahora.
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