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La Policía Municipal pone ahora la mitad de multas por aparcar mal que en 1996

El Ayuntamiento dice que la reducción de sanciones se debe a que "hay menos agentes en la calle"

Antonio Jiménez Barca

La Policía Municipal pone en la actualidad la mitad de multas por aparcar mal que en 1996. Ese año, los agentes impusieron 510.575 sanciones por 'aparcamiento indebido'. En 2001 se llegará, apenas, a las 247.000. La cifra de denuncias de los agentes en cuatro conceptos relacionados con el tráfico (aparcamiento indebido, doble fila, rebasar el semáforo rojo y estacionar en el carril-bus) desciende de forma ininterrumpida desde hace cinco años. 'Y esto puede significar dos cosas: que la gente aparque mejor y sea más disciplinada o que la policía cada vez actúe menos, que es, obviamente, la verdadera razón, como cualquiera puede comprobar en la calle', asegura el concejal Eugenio Morales, del PSOE.

El edil socialista denuncia que el equipo de gobierno, del PP, cada vez 'se resigna más' y está dejando a Madrid 'con un tráfico que cada día se vuelve más caótico e indisciplinado, y no hay que olvidar que cada vez que alguien aparca en un carril-bus estorba a muchos automovilistas'.

El concejal de Movilidad Urbana, responsable del tráfico en la capital, Sigfrido Herráez, del PP, reconoce que parte de lo que critica Morales es cierto: 'Es verdad que si el número de denuncias desciende no es porque la gente aparque mejor, sino porque hay menos policías en la calle'.

La semana pasada, en la toma de posesión del nuevo inspector jefe de la Policía Municipal, José Luis Morcillo, el alcalde, José María Álvarez del Manzano, afirmó que percibía 'algo de desapego en los agentes respecto del tráfico en la ciudad'. Herráez considera que el regidor no erró el tiro: 'Los policías municipales prefieren trabajar en labores de seguridad que en el tráfico, y sin embargo, controlar el tráfico y perseguir la indisciplina es su primera misión. Esto no quita para que reconozca que hacen falta más policías en la calle'.

El número de denuncias a los automovilistas que se saltan un semáforo en rojo, que en 1996 llegaban a 51.592, se reducirán este año, de cumplirse la tendencia de los ocho primeros meses, a 23.000; las sanciones por estacionar en carril-bus, una de las infracciones que, en teoría, más persigue el Ayuntamiento, ascendieron en 1996 a 63.603; este año se quedarán en 43.157.

'Sigue habiendo un problema de disciplina en el automovilista y otro de falta de medios', reconoce el concejal de Circulación, Sigfrido Herráez, que asegura que 700 nuevos agentes 'que ahora están haciendo prácticas estarán en la calle y en labores de tráfico en los próximos meses'. La plantilla actual de los agentes ronda los 5.500 efectivos, de los cuales unos 1.100 están destinados exclusivamente a tráfico, según fuentes policiales.

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Un portavoz del sindicato mayoritario Colectivo Profesional de la Policía Municipal (CPPM) aseguró el viernes que 'cada vez hay más servicios y se está bajo mínimos'. Este sindicato tachó las declaraciones del alcalde de 'desprecio y de menosprecio a la labor de los agentes de tráfico'.

Mientras que el número de denuncias disminuye, las infracciones en la calle se mantienen, por lo menos, al mismo nivel que en 1996. Así al menos lo asegura un conductor de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), que lleva su vehículo por una línea céntrica: 'No hay día en que no encuentre un coche aparcado en el carril-bus, que en teoría debería estar reservado para los autobuses, como su nombre indica. Esto me obliga a retirarme del carril y perder tiempo. Cada jornada, a causa de estas incidencias, hago dos viajes de menos', añade el conductor del autobús. 'Todo esto perjudica al transporte público de superficie', añade Antonio Cerrajero, representante de la UGT en la EMT.

Campaña de diciembre

Para prevenir la ocupación de los carriles-bus por parte de los conductores, el Ayuntamiento inició la Navidad pasada una campaña. Instaló unos conos en los carriles-bus de las principales vías de la ciudad y colocó a más agentes para vigilar esta infracción. El resultado se nota en la estadística: el año pasado se impusieron 64.338 denuncias, casi las mismas que en 1996.

Tras la campaña de Navidad, el concejal de Circulación anunció que, para sustituir los conos, que eran parte de una medida 'piloto o provisional', se iban a instalar unas balizas, abatibles si se las pisaba de frente pero que se mantenían inalterables si se las presionaba por los lados. Esto último fue considerado 'peligroso, sobre todo para los motoristas', por el alcalde y el edil Herráez, así que se retiró la inniciativa.

En septiembre, el concejal de Circulación colocó un nuevo modelo de baliza para proteger los carriles-bus: una hecha de goma, abatible por todos lados, que colocó en un tramo de la calle de la Princesa. Herráez ya aseguró entonces que estos pivotes se extenderán por el tramo de la calle de Alcalá que discurre por el distrito de Ciudad Lineal (desde Ventas a la Cruz de las Caídos) y por el paseo de Extremadura. Y durante la próxima Navidad, estos pivotes se colocarán 'en la calle de Goya y en otras calles del centro, primordialmente las que rodean los centros comerciales'.

El concejal socialista Eugenio Morales ha criticado 'las innumerables pruebas y experimentos que el edil Herráez lleva a cabo sin que se vean claros los objetivos'. También ha denunciado que el PP 'no sea lo suficientemente honrado como para admitir que se equivocó cuando hace diez años quitó los protectores de los carriles-bus, los denominados bordillos, que el PSOE había instalado para proteger estas vías'. El Partido Popular retiró esos bordillos por considerarlos peligrosos para la circulación.

Morales denunció que tanto el alcalde como Herráez se escudan 'diciendo que la policía no funciona, o siente desapego, o no tiene medios suficientes, para esconder la situación real'. 'Es el equipo de gobierno del PP, que tiene las riendas del Ayuntamiento desde hace diez años, el que tiene que tomar las decisiones, y su completa incompetencia en esta materia durante todo este tiempo es el único responsable de que cada vez haya más atascos, se circule peor en Madrid y los autobuses no dispongan de un carril reservado de verdad', añadió.

Según Morales, además de las consecuencias 'negativas' para el tráfico, la ausencia de disciplina en la ciudad acarrea otra consecuencia aún más funesta: los accidentes de tráfico. 'En estos diez años ha habido cinco concejales de Circulación pero sólo un alcalde: el tráfico sólo se empezará a solucionará en Madrid cuando se cambie de alcalde', concluyó Morales.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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