La reforma de la plaza de la Bonanova duplicará el espacio peatonal
El proyecto introduce modificaciones de tráfico en la zona
La plaza de la Bonanova quiere recuperar el aspecto de zona de paseo que tuvo hasta la década de 1970, cuando la presión de los vehículos acabó imponiéndose. Lo que ahora es una mínima rotonda central, se convertirá en una plaza de 3.700 metros cuadrados, según el proyecto de reurbanización. La reforma, que se realiza aprovechando la construcción de un aparcamiento subterráneo, supondrá cambios de circulación en la zona y obras y restricciones de tránsito durante un largo periodo.
El inicio de las obras está previsto para el próximo mes de noviembre. La reforma comportará nuevas restricciones de tráfico que aún no han sido determinadas. La duración de los trabajos no será inferior a un año y medio, según las previsiones del proyecto, que ayer fue presentado por el primer teniente de alcalde, Xavier Casas, y el concejal del distrito, Carles Martí. El pasado verano empezaron los trabajos de canalizaciones de servicios.
El Ayuntamiento pretende que la plaza de la Bonanova recupere, en la medida de lo posible, la urbanización que tenía hace 60 años, cuando comprendía un gran espacio central y los laterales estaban reservados a los tranvías. Ahora no hay tranvías, pero se pretende dar aire a la plaza y concentrar la zona libre de tránsito en la zona sur. El proyecto prevé que se duplique el espacio peatonal: de los actuales 1.600 metros cuadrados se pasará a 3.700.
Martí subrayó ayer que el distrito de Sant Gervasi tiene unos 90.000 habitantes y no dispone de demasiadas zonas concebidas como lugar de encuentro. La actual configuración de la plaza, en la que la zona de paseo central es una superficie mínima y está rodeada de vehículos por los cuatro costados, no propicia su uso. Lo que pretende la reforma es justo lo contrario.
Las obras incluyen la construcción de un aparcamiento subterráneo de 329 plazas, tanto para residentes como de rotación, que llevará a cabo SMASSA con un presupuesto de 564 millones de pesetas. El coste total de la transformación de la plaza será de algo más de 800 millones de pesetas.
La plaza ganará gran parte del nuevo espacio con una ampliación hasta las fachadas de los edificios situados en el lado de mar. No se suprimirán carriles de circulación, pero sí se modificarán, y en la calle de Muntaner el tráfico en sentido ascendente quedará limitado al transporte público.
En cambio, los vehículos que suben hacia la plaza por la calle de Sant Gervasi Cassoles -paralela a Muntaner- podrán girar hacia el paseo de la Bonanova, giro que ahora no puede realizarse. Otro cambio circulatorio que se producirá es que los vehículos procedentes de la plaza de la Bonanova no podrán tomar la calle de Lluçanès.
El proyecto se encuentra actualmente en exposición pública y se espera que sea posible adjudicarlo a finales de octubre para empezar las obras en el próximo noviembre.
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