Jospin activa un plan de lucha contra ataques bacteriológicos

El Gobierno francés activará un plan de lucha contra ataques bacteriológicos y pedirá a los investigadores a que busquen 'nuevos medios frente a agentes infecciosos para los que existen pocos o ningún antídoto', según reveló ayer el primer ministro, Lionel Jospin, al Parlamento de su país. El jefe del Gobierno dio cuenta de un conjunto de medidas 'temporales' que podrían implicar el recorte de algunas libertades, en función de las necesidades de la lucha antiterrorista, y desveló una iniciativa para impulsar el protagonismo de la UE en la 'reconstrucción de Afganistán'.

Las medidas antiterroristas consisten en reforzar la capacidad de inspeccionar vehículos, hogares y personas en caso de sospechas de terrorismo; se darán a los jueces medios de control 'sobre la utilización de las nuevas tecnologías de comunicación con finalidades criminales', y habrá controles sistemáticos de los aeropuertos, que podrían extenderse a los transportes aéreos y ferroviarios. Esas medidas 'serán propuestas al Parlamento por un periodo determinado ligado a las circunstancias actuales', aseguró Jospin en un discurso en el que recordó la voluntad de Francia de 'estar plenamente asociada a la definición de los objetivos políticos y de la planificación de acciones' en caso de que se requiera su participación militar.

Al igual que otros líderes, Jospin parece dar por hecha la caída del régimen de los talibán y pretende impulsar el protagonismo de Europa en el paisaje después de la batalla, puesto que la fase militar tendrá un indudable liderazgo estadounidense. Jospin desveló ayer que su país ha presentado a la Unión Europea un plan para 'reconstruir Afganistán' con vistas a 'una transición y una reconciliación hacia la paz civil'. El primer ministro subrayó que 'no se tolerará ningún acto hostil contra los musulmanes' en Francia, donde representan el 7% de la población.

Unidad

Sus apelaciones a la 'unidad nacional' y al convencimiento de que las ideas expuestas son comunes a todo el arco parlamentario sólo obtuvieron aplausos entre los bancos de la izquierda, en un debate en que la oposición cedió el protagonismo a sus figuras históricas. El ex presidente de la República Valéry Giscard d'Estaing, en nombre del partido centrista UDF, expresó el deseo de que los aliados 'se contenten con una misión de corta duración en el suelo de Afganistán y se retiren una vez las redes de Bin Laden hayan sido destruidas', punto de vista que fue compartido por Jospin.

El ex primer ministro conservador Edouard Balladur fue la voz del neogaullista RPR a la hora de poner condiciones: 'Estamos dispuestos a asociarnos a una respuesta que debe ser proporcional y que evite un desastre a la población civil', dijo.