PP y PSE-EE están decididos a aprobar las cuentas de Álava para 2002 antes de que finalice el año

En las instituciones de Álava, la pareja PP-PSE-EE pasa por una etapa ambigua. El Partido Popular continúa gobernando, junto a Unidad Alavesa, gracias al apoyo de los socialistas. Sin embargo, se han dado unas circunstancias que, por primera vez, obliga a diferenciar entre la situación de la Diputación y del Ayuntamiento de Vitoria.

En la Diputación, los socialistas están satisfechos de cómo ha cumplido Ramón Rabanera los pactos presupuestarios. Hasta tal punto que todas las trabas y condiciones que le pusieron en los dos últimos años se han diluido. Esta vez, ambas partes están decididas a sacar adelante los presupuestos en los plazos previstos, antes del 1 de enero. Eso obliga a los dos grupos a pactar un texto antes del 15 de noviembre. En ello están. Los contactos ya se han iniciado. 'El PP ha aprendido la lección', entiende el portavoz del PSE-EE, Juan Carlos Prieto. 'Se ha dado cuenta de que no puede ningunearnos'.

La predisposición de los socialistas llega a tal punto que incluso aseguran: 'Si se aprueban los presupuestos en plazo, todo el mérito será del PP, como suya fue la culpa del fracaso en los dos años anteriores'. La Diputación alavesa, con todo, ha dispuesto de presupuestos propios cada año. En 2000, se aprobaron en el mes de julio. En el presente ejercicio, salieron adelante en marzo.

Las exigencias de los socialistas para apoyar esta vez a Rabanera no son nuevas: 'Un aumento en el gasto social'. Además, pretenden potenciar las infraestructuras industriales y la defensa del medio ambiente.

En el Ayuntamiento de Vitoria existen más problemas. Tras sustituir Patxi Lazcoz al anterior portavoz del PSE, Jesús Loza (ahora parlamentario), se ha endurecido la línea del discurso socialista. El grupo acusa al alcalde, Alfonso Alonso, de 'agotamiento' en su gestión y ha anunciado una batería de iniciativas para combatir esa supuesta gestión deficiente.

Pese a las críticas, se mantiene en pie un pacto entre PP y PSE para aprobar las ordenanzas fiscales de la legislatura. Tras un azaroso debate en esta materia el año pasado, los dos grupos sellaron un acuerdo por otros dos años.