Con arte y con parte
Tres estudios coinciden, y se complementan, al abordar distintos aspectos de los problemas que aquejan a la juventud española actual, como son el desempleo, el interés en la política o las costumbres que desarrollan en grupo.
Uno tiene la impresión de que no conocemos bien a nuestra juventud, que nos debatimos entre la zafiedad de quienes se han exhibido en las abominaciones televisivas del Gran Hermano y las cínicas aspiraciones de quienes sólo quieren ser, de mayores, meros trepas, eso sí, con un master en negocios bajo el brazo. Éstas son simplificaciones. La verdad es que no hay una sola juventud. Más bien hay varias, muy distintas entre sí.
Así lo atestiguan los varios estudios que ha reunido Lorenzo Cachón en su libro sobre el empleo de los jóvenes, tema crucial para conformar lo que son y lo que pueden esperar de la vida las nuevas generaciones. Luis Enrique Alonso nos lo recuerda al abrir el volumen con unas observaciones sobre las incertidumbres a que está sujeto el empleo juvenil (con su altísimo grado de paro y desocupación en los últimos dos decenios en los países avanzados, por no extendernos a los otros, donde la situación es más grave) así como sobre los efectos colaterales de empleos frágiles, sin futuro. La desazón que causan sus constataciones no se corrige con los trabajos que siguen sobre la condición juvenil en un mundo que es, para tantos, muy precario. Algunos autores, como Joaquim Casal y Florence Lefresne, al hacer énfasis sobre políticas públicas de empleo se esfuerzan por paliar esta impresión, y también la matiza el propio Lorenzo Cachón, uno de nuestros más acreditados expertos sociológicos en el seguimiento de los itinerarios de vida de las gentes. Su minuciosa indagación muestra cómo ha disminuido la presencia juvenil en el mercado de trabajo merced al aumento en la escolarización, con consecuencias favorables para la incorporación de las mujeres, y cómo difieren entre sí los diversos mundos laborales y profesionales de los jóvenes.
De la dimensión ciudadana de los jóvenes, que va más allá de la meramente política, se ocupan María Luz Morán y Jorge Benedicto. Su aportación no podía haberse realizado en mejor momento, puesto que ahora ya están entrando cohortes de nuevos ciudadanos españoles cuyos años mozos, y hasta toda su vida, han discurrido bajo condiciones de democracia. También estos dos autores constatan la diversidad interna de las jóvenes generaciones, y las conductas y visiones del mundo de cada sector. Para quienes nos preocupa tanto el ejercicio de la ciudadanía como el de la política de los políticos profesionales, las consideraciones de estos autores, basadas en datos fehacientes sobre mercado de trabajo, actividades frente al civismo y la vida pública y escolarización, deben ser muy bienvenidas y sopesadas. Sus propuestas para una política social que incluya la enseñanza de la ciudadanía como arte participativo, aunque no lo digan, coinciden con los supuestos más elementales de la posición que en filosofía política recibe el nombre de republicanismo y se distancian tanto del laissez faire liberal como del neotribalismo nacionalista.
Para entender cabalmente a
los jóvenes hay que zambullirse en su mundo. Eso ha ido haciendo Ángela López en varios estudios que ahora reúne en Arte y parte, libro muy zaragozano de esta socióloga. Las comunidades juveniles que explora -jóvenes noctámbulos con litrona en mano, sin mucho empleo y aires insolentes- poseen una rica vida propia, con sus ritos, liturgias y creencias, que la opinión bienpensante ha declarado poco menos que fuera de la ley. Sus anhelos y lenguaje, sus perplejidades y sus frustraciones, que a veces desembocan en una violencia más dirigida contra ellos mismos que contra los demás, encuentran en Ángela López el eco que no hubieran hallado de otro modo. Desde una lectura comprensiva de los graffiti con que marcan territorios, desafían normalidades y se hacen oír, a un análisis de lo que leen los jóvenes españoles que dícese que no leen, sus estudios en torno a quienes en apariencia no tienen ni arte ni parte en la vida reconocida y respetable de la sociedad española son esclarecedores. Curiosamente, y por feliz coincidencia, uno saca la impresión de que los tres libros se complementan unos a otros, y que valdría la pena que quienes se interesan por nuestras mocedades de hoy -más allá de la drogadicción o la infausta kale borroka- así lo entendieran.
Juventudes y empleos: perspectivas comparadas. Lorenzo Chacón. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Instituto de la Juventud. Madrid, 2000. 255 páginas. 1.900 pesetas. Arte y parte: Jóvenes, cultura y compromiso. Ángeles López. Las tres Sorores. Zaragoza. 160 páginas. 1.600 pesetas. Jóvenes y ciudadanos. María Luz Morán y Benedicto. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Instituto de la Juventud. Madrid, 2000. 175 páginas. 1.900 pesetas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.