El rector Pedro Ruiz advierte contra el modelo educativo que Aznar quiere imponer en España
El responsable de la Universidad pide a los académicos que no permanezcan en una torre de marfil
'No es fácil de entender la actitud del Gobierno de José María Aznar en este último año', dijo ayer Pedro Ruiz en una larga reflexión en voz alta en el que fue su 'último acto de apertura de curso como rector' tras ocho años al frente de la Universidad de Valencia. En un discurso marcado por la carga histórica del atentado terrorista en EE UU y sus aún imprevisibles implicaciones sociales y políticas, el rector alertó no sólo contra las consecuencias 'negativas' que traerá la futura Ley de Universidades, sino también contra 'el paquete de reformas educativas que se pretende introducir en España'. Un modelo que, en su opinión, 'en nada se corresponde con una cultura abierta al mundo'.
Una larga ovación de varios minutos, poco dada en el austero mundo académico, sucedió a las palabras de Pedro Ruiz. Tan larga, como lo fue el silencio de los representantes del PP. Ninguno de los políticos del partido en el gobierno representados en la histórica sede del paraninfo de la Universidad de Valencia aplaudió ayer la larga cita en castellano del escritor Carlos Fuentes publicada en este periódico -en favor de una 'nueva legalidad para una nueva realidad'- con la que el rector dio el banderazo de salida a un curso político y educativo que nace bajo el signo de la incertidumbre.
'En los próximos meses sabremos si hay o no modificaciones importantes en el anteproyecto de ley presentado a las Cortes por el Gobierno español', dijo al escenificar el escaso optimismo de la Conferencia de Rectores Españoles sobre la posibilidad de que el presidente Aznar acepte introducir las cinco propuestas elaboradas por la CRUE durante el trámite parlamentario. Un escepticismo, nada baladí, que tiene su origen en el proceso mismo de elaboración del proyecto de ley. 'La reforma ha sido impulsada con una incomprensión, una falta de flexibilidad y unas prisas que resultan actitudes insólitas en los países democráticos de nuestro entorno', subrayó.
Características todas éstas que se reproducen en la concepción y diseño de las otras dos reformas educativas que completan la apuesta del Gobierno de Aznar: 'la futura Ley de Calidad de la Enseñanza', que reformará la educación secundaria, y la 'demagógica campaña en favor de la reforma de las Humanidades'. Un paquete de medidas educativas que, en opinión del rector, instaurarán un modelo ajeno a la actual 'cultura abierta al mundo, donde las fronteras políticas más tradicionales resultarán dentro de poco un verdadero anacronismo'. Ruiz se refirió entonces al peligro que acecha al mundo actual, 'cada vez menos explicable en función de los Estados' y, por tanto, más vulnerable 'al nuevo terrorismo y a las mafias a escala mundial que amenazan nuestros derechos fundamentales'.
Un mundo globalizado
El rector, despojado de cualquier corsé académico que pueda asociarse a la toga, retomó sus hábitos de atento observador de la historia contemporánea que ejerce como catedrático para arrancar compromisos a los académicos, políticos, empresarios y representantes sociales congregados. 'No podemos permanencer ajenos', en este comienzo de curso, en el que 'la otra cara de la globalización' muestra que 'estamos inmersos como ciudadanos en un mundo en crisis'.
'Como universitarios tenemos que hacer algo', dijo. 'Más que nunca, no podemos permanecer neutrales en nuestra torre académica de marfil', advirtió el rector ante 'el peligro de que, en cualquier momento, esa torre sea arrasada por una violencia ciega e irracional, que en parte brota de dentro de nuestras propias sociedades'. El rector abogó 'por impedir con la fuerza de la razón una respuesta indiscrimindada' en los territorios vencidos por los conflictos armados y el terrorismo.
Pese al cariz universal y poco localista que tomó el cuerpo central del discurso, Ruiz bajó a las críticas concretas con una denuncia contra 'las obras recientes para regular el tráfico más arriba de donde está situado el edificio de institutos de Paterna, próximas a una urbanización privada, que han agravado el efecto de las lluvias'. Situado en la esfera estrictamente académica, como responable de la institución que dirige, se solidarizó con el conjunto de profesores y alumnos afectados por la pérdida de sus proyectos científicos y explicó a la comunidad universitaria que se ha dirigido al Gobierno valenciano para 'resolver de una vez por todas el problema de la urbanización integral de la zona donde está situado el campus científico y tecnológico'.
Flanqueado por el recién electo rector de Alicante, Salvador Ordóñez, y por el director general de Universidades, Salvador Forner -cuya gestión ha estado marcada por el traumático proceso de renovación electoral en Alicante tras dimitir el rector Pedreño después de cinco años de discrepancia con el Consell-, Ruiz reconoció que las elecciones en la Universidad de Valencia tendrán 'sin duda influencia sobre la marcha del curso'. Lejos de hacer 'un balance' que sólo la distancia y el tiempo permitirán abordar con perspectiva, el rector Ruiz no pudo dejar de reconocer, en lo que sí fue su último acto de apertura, el esfuerzo colectivo y el apoyo de los diversos sectores universitarios y sociales. 'Como no es ahora el momento de las despedidas, seré parco en el detalle. Pero, por si acaso, vaya ahora mi agradecimiento a todos'.
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