Xfera estudia retrasar su salida al mercado por problemas regulatorios

La telefonía móvil de tercera generación, conocida bajo las siglas UMTS, iba a ser la panacea de los operadores y amenaza con convertirse en su pesadilla. Xfera, la cuarta compañía del sector llamada a competir con Telefónica Móviles, Airtel y Amena, va a volver a retrasar su lanzamiento comercial previsto para este otoño y posponerlo, al menos, hasta el próximo año, si no se resuelven antes una serie de problemas regulatorios.

Las causas de este retraso tienen una doble índole, regulatoria y tecnológica, según fuentes de los accionistas. En el primer caso, la compañía participada por las constructoras Vivendi-FCC y ACS y el operador finlandés Sonera, y que sólo dispone de una licencia de UMTS, se ha visto notablemente perjudicada por el retraso en la disponibilidad de esta tecnología que permitirá la transmisión de imágenes y la conexión rápida a Internet, lo que motivó un primer aplazamiento el pasado 1 de agosto, fecha en la que debía haber comenzado a operar, según las condiciones de la concesión de la licencia.

Pero a esta carencia de tecnología, se han unido los problemas regulatorios. La denominada tasa radioeléctrica, impuesta por el Gobierno el año pasado para compensar la falta de ingresos en comparación con los obtenidos por otros países en la concesión de la licencias, está pesando como una losa sobre el balance de una empresa que, al no haber comenzado a operar, no registra ningún ingreso.

Así, Xfera tiene que hacer frente a un pago de 27.117 millones de pesetas correspondiente a la tasa de este año, que ha recurrido por la vía administrativa, y a otros 5.948 millones que acaba de fijar el Gobierno para 2002.

La compañía no está dispuesta a abonar esas cantidades por un servicio que ni siquiera está disponible y algunos de sus socios han pedido que se solicite una suspensión temporal de la licencia a fin de quedar exonerados del pago de la tasa hasta que no esté lista la tecnología y puedan comenzar a operar, a partir del segundo semestre del próximo año, según las previsiones más optimistas de los fabricantes.

Petición de frecuencias

Por otra parte, la compañía también ha visto como se complicaba la alternativa de comenzar a operar con la tecnología actual (GSM y GPRS) llegando a acuerdos con otros operadores para utilizar su red. Xfera ha sellado un acuerdo de esta naturaleza con Airtel, gracias al que pensaba iniciar su salida comercial el próximo mes de octubre, pero los socios consideran demasiado arriesgado (y caro) afrontar el lanzamiento dependiendo únicamente de un operador.

Por ello, la operadora ha pedido al Ejecutivo que le conceda frecuencias propias o que avale un acuerdo de mínimos con el resto de operadoras de forma similar a lo que ocurrió cuando Amena comenzó a prestar servicio comercial.

El Ministerio de Ciencia y Tecnología se ha mostrado proclive, en principio, a buscar una solución pero se ha topado con la escasez de espacio radioeléctrico y la inseguridad jurídica que supondría la expropiación de frecuencias o la adjudicación directa de las mismas sin pasar por un concurso. Xfera quiere hacer valer en su negociación con la Administración el fuerte compromiso de inversión (300.000 millones en tres años) y empleo (700 trabajadores en la actualidad) con que cuenta el proyecto. Por su parte, al Ejecutivo no le interesa la desaparición de un cuarto operador antes incluso de su nacimiento comercial, porque pondría en duda su objetivo de introducir mayor competencia, una de las razones que le llevaron a convocar el concurso en marzo de 2000 por el que se concedieron las cuatro licencias de UMTS.