Londres accede a la demanda española de excluir a Gibraltar del cielo único europeo
Caruana exige garantías escritas de derecho de veto para hablar del futuro del Peñón
El Reino Unido accedió ayer a la petición española de excluir a Gibraltar del cielo único europeo, con objeto de poner fin al bloqueo que sufre desde hace meses el proyecto de la Unión Europea de administrar mejor el espacio aéreo continental para agilizar el tráfico. La noticia fue confirmada por el ministro principal gibraltareño, Peter Caruana, al término de una declaración en la que dijo que sólo participará en las conversaciones sobre el Peñón que tratan de relanzar Madrid y Londres, si se le garantiza por escrito que tendrá derecho a vetar cualquier acuerdo.
El compromiso sobre el cielo único, 'lamentable' para Caruana, que ayer se negó en su declaración a 'poner los derechos europeos de Gibraltar en situación bilateral entre España y el Reino Unido', confirma el buen momento de las relaciones hispano-británicas y la determinación de Londres de que este contencioso colonial no siga bloqueando el desarrollo de la UE. Tal determinación fue expuesta el pasado lunes por el ministro británico para Europa, Peter Hain, cuando anunció que su país se da un plazo de 15 meses para 'normalizar' la situación de la Roca y advirtió a los gibraltareños de que es mejor que colaboren.
La exclusión de Gibraltar es la medida habitual que España exige al Reino Unido para permitir que se aprueben todas las normas comunitarias cuya aplicación pueda implicar un perjuicio para la reivindicación española de la soberanía del Peñón. La cláusula ha sido generalmente aceptada por Londres, pero esta vez no fue así, debido a que el primer ministro Tony Blair estaba en campaña electoral. En consecuencia, la llamada 'directiva de cielos abiertos' no pudo ser aprobada el pasado mes de enero en el Consejo Europeo de Estocolmo, como estaba previsto.
La importancia que la UE otorga a un especio aéreo común y el talante de las declaraciones de Haine del pasado lunes indicaron que el acuerdo hispano-británico era inminente y que la directiva podrá ser aprobada el mes que viene en el Consejo de Gante.
El compromiso sobre el especio aéreo, alcanzado ayer en Londres por el director general para Europa, Ricardo Díez Hochleitner, indica, a su vez, que la voluntad británica de limar asperezas con España en las conversaciones relanzadas sobre la colonia es firme.
Caruana dijo ayer que la exclusión el Peñón de las normas europeas y la imposición de plazos para resolver el contencioso 'constituyen una presión brutal de la cual el Reino Unido y España, en calidad de democracias europeas, son indignas'. Sin embargo, no rechazó de plano, como ha hecho la oposición a su partido, incorporarse a las conversaciones del llamado Proceso de Bruselas, que prevé avances simultáneos en la coooperación hispano-gibraltareña y en las perspectivas de acceso de España a la soberanía, aunque sí puso suficientes condiciones como para hacer ver que es casi imposible que el diálogo prospere.
Por un lado, Caruana, que reclama una 'voz independiente' en estas conversaciones que para Madrid y Londres son bilaterales desde un punto de vista jurídico, exige que el Reino Unido le confirme por escrito las garantías verbales ya dadas por Hain de que podrá vetar cualquier acuerdo, y que comunique a Madrid ese compromiso.
Por otro, el ministro principal advierte: 'Nuestro derecho a la autodeterminación es permanente e irrenunciable. Y no cederemos en el tema de la soberanía'. 'España no tiene en absoluto posibilidad de avanzar en el tema de la soberanía y, por tanto, el señor Piqué habrá de decidir si en tales circunstancias le interesa el diálogo o no', añade.
El Ministerio de Exteriores,que dirige Josep Piqué, declinó ayer comentar estas declaraciones poco halagüeñas, pero capaces de permitir que las conversaciones, paralizadas desde 1998 porque los gibraltareños se retiraron de las mesa, se reanuden.
Caruana, por su parte, insistió en que el objeto propuesto por Hain para las conversaciones es sólo 'normalizar' las relaciones de Gibraltar con España y añadió: 'Una prueba de si hay o no cambio de actitud en Madrid será si se aceptan nuestras condiciones para participar en el diálogo y Madrid no las socava'.
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