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APUNTES

Un área de experimentación en Alicante que será el embrión de un Parque Científico

Los técnicos municipales y la Universidad fijan un plan con etapas de expasión del campus

La única receta, o cuando menos la más eficaz en el ecuador de esta segunda legislatura, para alcanzar el objetivo prioritario declarado por Eduardo Zaplana en el debate de política autómica -'fortalecer la capacidad competitiva de los sectores económicos y productivos de la Comunidad Valenciana a través del fomento de la innovación tecnológica en las empresas'- requiere de la consolidación de una red tecnológico-científica estable coordine al máximo el capital humano investigador y las infraestructuras tecnológicas para transferir con agilidad la I+D al tejido productivo. Pero, a la velocidad de la luz, ya que la Comunidad dejará de ser Objetivo 1 en 2006 y tendrá que competir por los fondos Feder de la UE en igualdad de condiciones que las regiones desarrolladas: con la solvencia de sus proyectos.

Ésta es, pues, la vocación con la que nace la nueva Consejería de Innovación y Competitividad, a la que se adscribirá la Subsecretaría de Ciencia y Tecnología que gestionará buena parte de las competencias de la extinta Consejería de Industria, y la red de institutos tecnológicos del Impiva. 'El protagonismo necesario de la I+D+I' es precisamente el que 'empuja a reformar la arquitectura del Gobierno, para que más allá de la mera coordinación, la Oficina de Ciencia y Tecnología se convierta en la gestora directa de las competencias', reconoció el presidente de la Generalitat. Aunque su puesta en marcha no escapa a la complejidad.

Desde hace exactamente un año, el subsecretario Javier Quesada y un nutrido grupo de investigadores, directores de institutos tecnológicos y universidades trabajan a marchas forzadas -en coordinación directa con la cúpula de la patronal CEV e instituciones como Bancaja y el IVIE- en la consolidación de un modelo tecnológico autonómico eficaz, con los ojos puestos en el modelo catalán de integración I+D+I. Pero, sin perder el halo de 'cohesión estatal' que le impone el Gobierno central. El concepto de 'polo científico tecnógico', que lleve la investigación de las Universidades a las empresas y viceversa, comienza por arbitrar y gestionar la ampliación de cada una de las cinco universidades públicas valencianas en base a criterios objetivables y consensuados. Pero, para ello, hay que romper la 'desconfianza' y el clima de 'confrontación' que ha marcado los seis primeros años de la gestión de Zaplana.

De entrada, la tarea más compleja, se ha debido a las heridas abiertas en 1996 con el decreto de segregación de la Facultad de Medicina y del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Alicante para crear la de Elche. Un conflicto que alcanzó su clímax el 25 de julio de 2000, cuando la Dirección General de Universidades, paralizó, mediante una resolución, todo el proceso de tramitación del parque científico Medpark, inciado en 1998, y que se saldó con la dimisión cinco meses después del rector Andrés Pedreño. La actual renovación del equipo rectoral y los guiños del Consell hacia el mismo campus que en su día escindió con una precisión de bisturí, están contribuyendo a devolver la normalidad al conjunto de las universidades valencianas.

'El Gobierno quiere ir resolviendo problemas y tiene su proyecto', coinciden fuentes de la Administración. Las consejerías de Hacienda y de Obras Públicas trabajan, por su parte, en planificar el presupuesto y las respectivas reservas de suelo universitario atendiendo a las peticiones que cada una de ellas que ya han manifestado de una forma o de otra.

'La Politécnica tiene previsto solicitar financiación a final de año para la construcción de una Ciudad de la Innovación, en su propio campus', explican. También hay constancia de que la Universidad de Valencia tiene en proyecto la ampliación del campus de Burjassot-Paterna, para instalar centros de investigación que atraigan, a su vez, la ubicación de ciertas empresas. 'Si no está previsto, no tardará en hacerse', puntualizan las mismas fuentes. Por su parte, la Jaume I de Castellón, tiene el proyecto de ampliación del 'tercer campus' para albergar humanidades y un sistema centralizado de laboratorios.

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La consolidación de una potente red valenciana de I+D requiere de la consolidación de un polo científico tecnológico estable al sur de la comunidad, donde se concentra buena parte de la actividad exportadora. 'Alicante tendrá las infraestructuras de Químicas y de los departamentos más vinculados con las empresas de la zona. El Gobierno apuesta por eso', confirman desde el Consell. A cambio, piden cooperación de ambas partes. 'Las dos universidades tienen que hacer un esfuerzo por irse aproximando al tejido empresarial. En esto de la I+D no hay competencia. A una universidad le debe de interesar que la siguiente tenga éxito'.

Un área de experimentación industrial es 'una condición necesaria pero no suficiente' para el desarrollo de un Parque Científico en los aledaños del campus de Sant Vicent del Raspeig, según reconoció uno de los vicerrectores que participó en la primera reunión que se mantuvo el pasado viernes entre los técnicos de la Universidad y del Ayuntamiento de Alicante. Pero esta área de experimentación es el inicio de un largo camino que han emprendido el rector, Salvador Ordóñez, con el apoyo del Ayuntamiento de Alicante y varias consejerías del gobierno que preside, Eduardo Zaplana, quien ha mantenido congelados los planes de expansión de la Universidad mientras fue rector, Andrés Pedreño. De momento no hay nada fijado sobre el papel, pero las intenciones de todas las administraciones y de los interlocutores son 'positivas ', según reconocen los implicados en la negociación. El principal objetivo en estos momentos es solucionar las necesidades espaciales e investigadoras que tiene la Universidad de Alicante, que almacena embalados gran cantidad de aparatos sofisticados que no pueden ser utilizados por los investigadores debido a la falta de espacio. Se pretende, junto al animalario y a la planta de petrología que levantó el ex rector Andrés Pedreño, en una primera fase del frustado Medpark, instalar 'cuanto antes' un área de experimentación industrial que albergaría los servicios técnicos de investigación.

Plan por etapas

Esta semana los técnicos de la Universidad de Alicante se han comprometido a entregar al Ayuntamiento un plan, en cinco etapas distintas, para la expansión futura del campus para los próximos cinco años. En la primera etapa está prevista la construcción de 50.000 metros cuadrados de laboratorios y plantas químicas para la investigación, unas instalaciones que se levantarían sobre los terrenos que adquirió la Universidad de Alicante en el anterior mandato, con una superficie de 500.000 metros cuadrados.

Para conseguir licencia de obras y poder trasladar allí los equipos de investigación, el principal escollo radica en diseñar unos planes adecuados para la evacuación de aguas pluviales, en caso de tormentas fuertes.

Las otras etapas futuras de expansión de la Universidad se concretarán con la administración autonómica y local de proyectos como la mejora de los accesos al campus, saturados en la actualidad, la posible cesión de terrenos, parcelas y edificios para uso universitario por parte del Ayuntamiento de Alicante, en la zona centro.

'El área de experimentación industrial puede esperar unos meses pero no dos años, es una necesidad inmediata', reconoce el secretario general de la Universidad de Alicante, Juan Rosa. Por este motivo, la Universidad de Alicante ha pedido al alcalde Luis Díaz Alperi, que mientras se tramita la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), cuya aprobación definitiva se podría prolongar durante los próximos dos años, se autorice una modificación parcial del actual Plan General para poder empezar las obras a principios del próximo año. 'Si hay voluntad se puede hacer', comentó Juan Rosa, 'porque se trataría de en esta primera etapa integrarla en el futuro PGOU, y hacerla compatible', explicó el secretario general y profesor de Derecho Administración.

Para conseguir que la zona de experimentación industrial sea el embrión del Parque Cienfífico de Alicante, el Ayuntamiento debería, aprovechando esta revisión del PGOU, calificar los terrenos y zonificarlos como parcelas de uso universitario. Pero mientras, estos proyectos se concrentan sobre el papel, la Universidad espera arrancar compromisos en firme de las Administraciones implicadas y poder iniciar obras en los próximos meses.

El rector, Salvador Ordóñez, mantiene una apretada agenda de reuniones y contactos con dirigentes de la Generalitat y de los Ayuntamientos. Al rosario de directores generales, diputados y aldaldes del PP, que cada día se acercan a desbloquar algunos de proyectos pendientes con la Universidad, hay que añadir las tres reuniones que en una misma mañana mantuvo el rector, Salvador Ordóñez en Valencia con altos cargos de la Generalitat Valenciana. Encuentros en los que por separado en los despachos de los consejeros de Obras Públicas, Educación y con el secretario de la Agència Valenciana de Turisme, abordó algunas de las necesidades inmediatas que tiene el campus de Sant Vicent del Raspeig en este inicio del curso escolar. En una misma mañana, el rector se entrevistó con el consejero de Obras Públicas, José Ramón García Antón, a quien expuso los problemas de accesos que tiene el campus en la actualidad, estrangulado por varias rotondas y circundado por dos autovías que dificultan su expansión. Acto seguido se reunió con el consejero de Educación, Manuel Tarancón, para plantearle temas referentes a nuevas titulaciones, financiación, falta de espacio en el campus actual y proyecto de área de experimentación.

Y por último, también tuvo una reunión con el secretario de la Agència Valencia de Turisme, Roc Gregori, para abordar cuestiones puntuales referentes a la Escuela de Turismo de Alicante y los planes futuros que tiene la Universidad respecto a esta titulación.

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