Un estudio de Alimentación contabiliza las necesidades de Madrid en caso de guerra

Si Madrid tuviera que autoabastecerse por alguna situación extraordinaria, como una catástrofe natural, una huelga en el sector agroalimentario o un conflicto bélico, los ciudadanos tendrían carne para un mes, pero sería difícil encontrar verduras, huevos o leche, que llegan de otras regiones. Para adelantarse a los acontecimientos, la Dirección General de Alimentación y Consumo de la Comunidad de Madrid, dependiente de la Consejería de Economía y Empleo, ha encargado un informe en el que se reflejan las necesidades alimentarias de los madrileños en 45 días.

¿Qué se necesitaría para garantizar el abastecimiento alimenticio de la población madrileña durante 45 días en caso de una crisis? O mejor: ¿qué pasaría si la ciudad se viese afectada por una huelga en el sector agroalimentario, por una catástrofe natural o por una situación bélica? A estos interrogantes intenta dar respuesta el estudio encargado por la Consejería de Economía y elaborado durante ocho meses por el Instituto Madrileño de Investigación Agraria y Alimentaria.

Los resultados muestran un dato ya conocido, pero no por ello menos preocupante: de lo único que la región madrileña podría autoabastecerse durante más de un mes sería de carne de vacuno. De hecho, las necesidades cárnicas de la región están cubiertas en un 60%. El resto de productos denominados básicos, como por ejemplo hortalizas frescas, huevos, leche, patatas y, sobre todo, frutas, debe conseguirse en otras regiones.

'En general, el autoabastecimiento de la Comunidad de Madrid no es bueno, ya que la producción agraria y alimentaria de la región es claramente insuficiente para abastecer a una población de más de cinco millones de habitantes que se concentran en torno a la capital de España. Este hecho singular aumenta nuestra dependencia del exterior para el abastecimiento de alimentos y materias primas para nuestra población en industrias agroalimentarias', señala el estudio.

Antes del ataque terrorista

El director general de Alimentación y Consumo, Juan José de Gracia, repasaba las cifras el pasado 11 de septiembre mientras miraba, atento, las imágenes que transmitía la televisión sobre el ataque terrorista contra Estados Unidos. 'Cuando se anunció el inicio de la Guerra del Golfo, recuerdo a un familiar mío que corrió despavorido a buscar provisiones a los supermercados y apareció, entre otras cosas, con kilos y kilos de azúcar'.

Al hilo de esta anécdota, De Gracia aclara que el estudio pretende facilitar que, en un caso similar, la población no tenga problemas de abastecimiento. 'Y que no se ponga histérica y desvalije los supermercados'. Si ello ocurriera (es inevitable el nerviosismo de los ciudadanos), Madrid deberá estar en condiciones de asumir la situación y proporcionar los alimentos necesarios de supervivencia. 'Aunque no se trata de una dieta de guerra', matiza el director general de Alimentación y Consumo. Es la primera vez que el Gobierno regional lleva a cabo un estudio enfocado en este aspecto.

Para tener una idea, en caso de que la ciudad se viese aislada durante 45 días, se necesitarían, teniendo en cuenta el número de habitantes (más de cinco millones en toda la región), 139.000 toneladas de huevos, 40.000 de carnes y transformados, 18.000 de productos de la pesca, 71.000 litros de leche y 35.000 toneladas de pan, entre otras cosas.

El estudio encargado por la Consejería de Economía se basa en una encuesta entre mil hogares madrileños de diversos estratos sociales en función de los ingresos del cabeza de familia. El informe, revela, además, los hábitos alimenticios de la población de esta ciudad.

La encuesta no sólo permite a los técnicos de la Dirección General de Consumo conocer los niveles de autoabastecimiento de la región, sino que también aporta datos sobre los productos predilectos de los madrileños en ausencia de otros también considerados importantes. Así, en caso de que faltase la carne de vacuno, conejo, ovino, caprino, cerdo y pollo, la población se inclinaría por esta última. En relación al pescado, los encuestados elegirían la merluza y pescadilla como principal sustituto de las otras especies; en cuanto a los productos agrícolas, éstos serían sustituidos por legumbres.

En términos genéricos, el estudio indica que 'debe cuidarse especialmente el abastecimiento de pescado'. Ello se debe a que este producto es preferido por los madrileños en sustitución de los huevos y la carne.

Para garantizar el autoabastecimiento, la Dirección General de Consumo solicitará la ayuda de algunas empresas madrileñas. 'En principio, se tratará de una cooperación voluntaria; pero la idea es que las industrias con capacidad para hacerlo se comprometan a tener almacenados ciertos productos', explica De Gracia. Este aspecto tendrá un apartado especial en la Ley de Alimentación de la Comunidad de Madrid, que prepara Economía y que pretende que esté lista antes de que finalice el año.