Respuesta

En la columna de Javier Pradera titulada La tinta del calamar, publicada el pasado día 5 en EL PAÍS, el articulista se pregunta: '¿Y qué no habría dicho y hecho Ramallo cuando era diputado de la oposición, si un vicepresidente de la CNMV de la época del PSOE hubiese recibido, en circunstancias cuando menos confusas, un reloj de dos millones del responsable de un chiringuito financiero?'. Pues bien, después de aclarar que Gescartera no era un chiringuito financiero, Ramallo hubiera pedido explicaciones, pero lo que no hubiera hecho el vicepresidente socialista, para el caso de que lo hubiera sido, es lo que ha hecho Luis Ramallo:

1. Ponerse a disposición del juez.

2. Ponerse a disposición del fiscal anticorrupción.

3. Pedir una investigación sobre mi actuación como notario al Ministerio de Administraciones Públicas.

4. Pedir que se constituya una Comisión de Investigación con luz y taquígrafos a la que, por escrito presentado en el Registro del Congreso el pasado día 17 de agosto, he pedido comparecer voluntariamente.

Si el señor Pradera mira un poco hacia atrás, se dará cuenta de que esto no lo hizo nunca ningún socialista.

Pero permítaseme que yo le haga al señor Pradera una pregunta, que espero me conteste: ¿qué hubiera hecho el Partido Socialista si hubiera estado en la oposición y hubiera sido el Partido Popular el que nombró a Roldán, el que reprivatizó Rumasa, el autor del asunto Filesa y el nombramiento de Carmen Mestre para presidenta de la Cruz Roja, el asunto del mal uso de los fondos reservados, el asunto Renfe, el asunto Expo, el asunto AVE, el asunto Ibercorp, el asunto Banesto y un largo etcétera?

A la vista de las imputaciones falsas que el PSOE hizo desde 1977 a 1982 a la extinta UCD para llegar al poder, la contestación está bien clara.