Una carta de la CNMV revela que autorizó a Gescartera sin cumplir los requisitos
Valiente autorizó la operación pese a que la ONCE no tenía el 25% de la sociedad matriz
Gescartera, la agencia de Antonio Camacho de la que han desaparecido 18.000 millones de pesetas, fue inscrita en el registro oficial de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el 6 de febrero de este año, sólo seis días después de que el organismo comprobase que no cumplía los requisitos para ello, y sin que éstos fuesen subsanados. Así lo prueba una carta de uno de los directores de la CNMV a Gescartera a la que ha tenido acceso este periódico, fechada el 31 de enero, en la que se afirma que no consta que la Fundación ONCE posea el 25% de la matriz de Gescartera, como se exigía.
Pese a ello, 12 días más tarde, el mismo funcionario, Juan Carlos Basallote Ureba, director general de Entidades del Mercado de Valores de la CNMV, vuelve a escribir a Gescartera, y sin hacer referencia a su carta anterior ni a las exigencias que contenía, informa a los responsables de la agencia de que su inscripción en el registro oficial ha quedado aceptada con fecha de 6 de febrero.
Las exigencias que Camacho incumplió quedan detalladas en la primera misiva. En ella, Basallote escribe: 'Una vez analizada la documentación por Uds. aportada, observamos que no queda acreditado el cumplimiento de determinados elementos que motivaron en su día la autorización de la citada transformación'. Se trata del ascenso de Gescartera a agencia de valores, lo que le permitía un margen de operación más amplio en los mercados financieros, y que había sido aprobado por el consejo de la CNMV en julio del año anterior, y posteriormente ratificado por el vicepresidente Rodrigo Rato el 1 de septiembre de 2000.
La carta continua: 'Entre [estos requisitos] destacan por su relevancia los siguientes: a) participación de la Fundación ONCE en un 25% del capital social de Gescartera Holding SL', entre otras exigencias. El director general de la CNMV requería a los gestores de Gescartera que en el plazo de un mes subsanasen estos extremos, pues de lo contrario resultaría imposible iniciar la actividad como agencia de valores.
En paralelo, Juan Carlos Basallote Ureba envió ese mismo día, 31 de enero, una carta directamente a Antonio Camacho, principal imputado en este escándalo, encabezada con un 'estimado Antonio' y rubricada con 'un abrazo', en la que le remitía copia directa del requerimiento de la CNMV.
De forma incomprensible, la CNMV inscribió el 6 de febrero, tan sólo seis días después, a Gescartera como agencia de valores en el registro oficial, y a continuación, el propio Basallote se encargó de comunicarle esta decisión por carta a Gescartera, sin hacer referencia ni a su primera misiva ni a los requisitos exigidos sólo unos días antes, ni a su hipotética subsanación. Juan Carlos Basallote Ureba es primo del ex secretario del Consejo de la CNMV y director del departamento jurídico, Antonio Alonso Ureba. Éste último acudió a un almuerzo con Camacho, Pilar Valiente y el entonces secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez-Reya, en febrero de este año.
La inscripción de Gescartera como agencia de valores se produce, pues, cuatro días hábiles después del requerimiento inicial, sin que se cumpliesen ninguno de los requisitos exigidos. Tampoco Gescartera hubiese tenido tiempo material de hacerlo. De todas formas, la Fundación ONCE no tomó en ningún momento una participación del 25% en Gescartera Holding, la matriz del grupo de empresas de Camacho. El capital social de esta firma se reparte en un 60% en manos del propio Antonio Camacho y el 40% restante de los herederos de José Camacho (padre de Antonio). La Fundación ONCE sí adquirió, aparentemente, el 10% del capital de Gescartera Dinero, otra de las exigencias iniciales para autorizar su inscripción.
Además de la entrada de la ONCE con un 25% en Gescartera Holding, el organismo presidido por Pilar Valiente solicitaba en la carta del 31 de enero otros dos requisitos, que tampoco se cumplieron. Camacho debía crear un consejo de administración en el holding tras producirse su propia dimisión (ya que estaba sancionado por resistencia a la inspección) y transformar Gescartera Holding en una sociedad anónima. Al igual que con el requisito de la ONCE, Camacho ignoró estas otras dos exigencias.
Con datos correspondientes del registro mercantil, continúan figurando como administradores de Gescartera Holding Antonio Camacho y su padre, ya fallecido, José Camacho, que crearon esta sociedad en septiembre de 1998. Tampoco se ha producido a fecha de hoy la transformación de Gescartera Holding S.L. en sociedad anónima y sigue figurando, pues, como sociedad limitada. Ninguno de los tres requisitos de especial 'relevancia' que exigía la CNMV se cumplió y, sin embargo, su inscripción y, por tanto, su capacidad para operar como agencia de valores, recibía el visto bueno de este organismo.
Declaración de Valiente
En relación con estos hechos, la presidenta de la CNMV, Pilar Valiente, aseguró ante los diputados en el Congreso que existía 'una declaración de intenciones de que en el futuro la Fundación ONCE adquiriera hasta un 25% del capital de la sociedad Gescartera Holding'. Valiente, al contrario de lo que afirma la carta de Basallote, no dijo que esta condición era imprescindible. Tan sólo consideró absolutamente necesario que la ONCE tomase el 10% de la agencia de valores, para asegurar la solvencia de Gescartera tras las irregularidades detectadas.
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