La madre de Rocío desmiente el testimonio de la acusada y la describe como agresiva
La madre de Rocío Wanninkhof, Alicia Hornos, contradijo ayer casi toda la declaración hecha el día anterior por la acusada de la muerte de su hija, Dolores Vázquez, y aportó un dato novedoso: la noche del crimen, Loli pasó por el lugar donde fue apuñalada Rocío.
El martes en el juicio, la imputada declaró que solo salió a comprar tabaco y a tirar la basura. Pero según el testimonio de la madre, cuando por un charco de sangre se encontró el lugar donde fue apuñalada su hija, la imputada le comentó que aquella noche pasó por allí pero que no se le ocurrió 'mirar dentro porque estaba todo muy oscuro'. Alicia manifestó ante el jurado que aquella afirmación fue oída también por una hermana suya. 'Ella ha matado a mi hija para hacerme daño a mí', concluyó.
La madre de Rocío mantuvo su entereza durante toda su declaración, salvo cuando su abogado le pidió que recordara el día que le comunicaron que el cadáver encontrado en Marbella era el de su hija. Aunque sollozó algunas respuestas, no fue necesario interrumpir el interrogatorio, durante el que permaneció acompañada de un portarretrato de Rocío. 'Este juicio no es mío sino de mi hija y quiero que esté presente', justificó ante el jurado.
En contra de lo que el día anterior declaró la acusada, la madre de la víctima dijo que la relación entre Loli y Rocío no era buena. Alicia admitió que al comienzo de su relación con la acusada -con la que convivió casi 10 años- la armonía era perfecta, pero que luego se deterioró, que su hija no quería a Loli y que ésta terminó odiando a Rocío.
En su relato, la madre describió a la acusada como una mujer severa, agresiva e irascible, que ejercía el 'papel de padre' y la trataba a ella y a sus hijos como 'analfabetos, incultos e inferiores'. Después detalló los enfrentamientos que tuvo con Rocío. Dijo que un día, por contradecirla, la cogió por el cuello y la abofeteó. Entonces su hija le reprochó: 'Un día Loli me va a matar y tú no vas a hacer nada'. También relató que una vez le obligó a cortarse su melena y que un verano la dejó sin salir porque sacó malas notas. 'Era muy, muy severa con los niños. Al principio no en pegar, sino en castigar; pero luego se volvió pegona', declaró. Alicia incluso comentó que en otras ocasiones agredió a su propia madre y a una tía.
Las preguntas del fiscal y la acusación se encaminaron a encontrar los supuestos móviles del crimen. Además de incidir en el deterioro de la armonía familiar, Alicia desmintió que la casa de Mijas que compartió con la acusada fuera adquirida sólo por Loli, como declaró el día anterior.
Según la madre de Rocío, ella aportó 11 millones y la sospechosa otros 15. Sin embargo, sólo se escrituró a nombre de Dolores por lo que cuando se rompió la relación entre ambas, tuvo que irse a una vivienda de alquiler con sus tres hijos.
También contradijo a Loli, quien el día anterior declaró que nunca había llevado las pegatinas que se repartían en las batidas que se hicieron en Mijas para encontrar pistas de Rocío. Una de esas etiquetas fue hallada junto al cadáver de la joven. Alicia aseguró ayer ante el jurado que sí se puso de aquellas pegatinas.
Su hija Rosa, que testificó a continuación, estimó que el móvil fue la 'venganza' porque Rocío era un obstáculo para que su madre y Loli retomaran su relación. Cuando la joven prestaba declaración, la acusada rompió a llorar.
Una hermana de Dolores, Elvira, reprobó la investigación y la cobertura informativa. 'Dejadnos en paz. Vosotros, como periodistas, intentad que se haga justicia y que no pase una cosa como esta nunca más porque es imperdonable tener a una persona inocente un año en la cárcel sin pruebas'.
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