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Un tribunal declara incompetente al juez que citó a declarar a Chirac

Anulado por defecto de forma el caso contra el presidente francés

Jacques Chirac se ha salido con la suya. Parcialmente. El juez Eric Halphen, que citó al presidente de la República como testigo en el sumario del caso de las viviendas sociales del Ayuntamiento de París -en realidad, un sistema de financiación ilegal del partido chiraquiano Reunión para la República (RPR) a través del cobro de comisiones en el mercado de obras públicas- fue ayer apartado del caso por el Tribunal de Apelación de la capital francesa. La decisión se toma a ocho meses de las elecciones presidenciales.

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El sumario pasa ahora a manos de otro juez instructor, Armand Riberolles, que ya se ocupa de otros casos en los que aparece el apellido Chirac: el de los empleos ficticios a beneficio del partido y a costa del presupuesto municipal y el de los viajes turísticos del hoy presidente pagados en efectivo.

Para Chirac, la marginación de Halphen -'el único juez que se había atrevido a convocar a un presidente de la República', recordaba ayer el sindicato de magistrados al tiempo que denunciaba 'una censura impulsada por el Consejo Constitucional'- es un triunfo moral que se acompaña de una victoria real.

En efecto, varias de las pruebas importantes que inculpaban a Chirac han dejado de tener validez por un 'defecto de forma'. Halphen había incluido en el sumario un vídeo en el que un antiguo recaudador de fondos del RPR explicaba cómo Chirac había recibido de sus manos varios millones de francos en efectivo, o la confesión de François Ciolina, antiguo funcionario municipal, que también acusaba a Chirac.

Esas dos pruebas quedan anuladas por haber sido obtenidas cuando los abogados próximos a Chirac habían solicitado una suspensión de la instrucción mientras no se fallase sobre la especial condición de total inmunidad legal que parece rodear la figura del presidente de la República. El Tribunal de Apelación ha dado la razón a los abogados.

El 'defecto de forma' ha servido hasta ahora para evitar que ninguno de los sumarios que afectan al Ayuntamiento de París suponga una condena para alguno de sus implicados. Por ejemplo, la justicia admitió que el ex alcalde Jean Tiberi había manipulado las listas electorales, pero no le condenó porque no se habían respetado todos los pasos a la hora de obtener las pruebas. La esposa de Tiberi, Xavière, fue reconocida como autora de un informe plagiado y pagado a un precio abusivo, pero no se la condenó porque las pruebas de la elaboración fraudulenta de dicho informe fueron obtenidas durante un registro que no buscaba tal documento.

Los políticos profesionales parecen, pues, gracias al 'defecto de forma', escapar de manera sistemática a la justicia. Puede que la aplicación de los procedimientos sea demasiado compleja, que ciertos sumarios estén instruidos desde posiciones ideológicas, tal y como denunciaba el RPR en todos los referidos a Chirac, pero lo cierto es que se extiende la sensación de que la clase política goza de impunidad y privilegios insostenibles, como el de cobrar en efectivo y al margen de cualquier control fiscal parte de sus remuneraciones.

A Chirac esa desconfianza para con el mundo de la política no le afecta o, mejor dicho, puede que le beneficie pues se diría que la abstención perjudica más a sus rivales o tiende a favorecer la radicalización. Un sondeo reciente le da vencedor -51% contra 49%- en caso de elección presidencial frente al hoy primer ministro, Lionel Jospin.

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