Michael Cimino: 'El cine actual es un puro 'remake'
A Michael Cimino, una vieja gloria de Hollywood desde que dirigiera El cazador en 1978, poca gente le conoce en el Lido de Venecia. Tampoco viene arropado por el tinglado habitual que sigue a los grandes directores en un festival como la Mostra. Entre otras cosas, porque Cimino no está aquí en calidad de director sino de autor literario. Por extraño que parezca, este estadounidense de 58 años, con la piel tersa y una melena que aparenta no haber visto un peine en las últimas semanas, ha venido a presentar su primera novela, Big Jane, que acaba de editar en francés Gallimard.
Cimino no piensa dejar el cine. En estos momentos tiene entre manos un nuevo proyecto, una película basada en La condición humana de Malraux, que piensa rodar en China. 'Los americanos critican a China porque es un país donde no se respetan los derechos humanos. Pero no me parece que en mi país se respeten siempre, por no hablar del exterminio de los indios que es algo mucho más tremendo de lo que han hecho nunca los chinos'.
Sin pelos en la lengua
Michael Cimino, que ha conocido enormes éxitos y tremendos fracasos -Las puertas del cielo le llevó al desastre- habla de cine sin pelos en la lengua. A los periodistas italianos que le piden opinión sobre las recientes películas nacionales les contesta con total crudeza. 'Sólo recuerdo esa comedia tonta que ganó un Oscar, La vida es bella. Me pareció una copia de las comedias de Hollywood. El cine atraviesa un momento muy difícil. Está en una encrucijada. La mayoría de las películas que se hacen son puras copias de viejas cintas. Los directores se sientan a ver cine antiguo, y después de repasar un centenar de películas clásicas, hacen la suya que no aporta nada. El verdadero cine sólo surge de la propia experiencia vital'.
Por eso, Cimino alaba las últimas películas de Carlos Saura y 'esa mexicana que ha hecho un autor novel, Amores perros. Es magnífica, tiene violencia, amor, sangre, sexo, humor, lo tiene todo, como la vida'.
Si el cine está en una encrucijada no puede decirse que el mundo literario esté libre de problemas. 'En los Estados Unidos no hay mercado para la ficción. No hay forma de encontrar un editor porque nadie lee. Si conoce a alguien interesado en mi novela en España, avíseme', bromea. Lo cierto es que Big Jane -'una historia que cuenta las aventuras de una mujer enamorada de tres hombres'- se edita en francés pese a que la ha escrito en inglés. ¿Qué sentido tiene presentar una novela en un festival de cine? 'Ninguno. Pero el director de la Mostra , al que encontré en Polonia, me propuso venir y aquí estoy'.
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